Fijar lo Volátil

En esta oportunidad queremos compartir con vosotros del inigualable e irrepetible Maestro Federico González Frías, uno de sus tantos y brillantes escritos, artículos y misceláneas sobre la Tradición Hermética.

Sin duda alguna, un gnóstico de nuestra época.... De los pocos que quedan. 

Gracias Maestro. Insha' Alláh!  
                                                     Fijar lo Volátil

Operación, o mejor, serie de operaciones necesarias para establecer a la deidad como permanente en el alma del iniciado.

El adepto ya conoce la presencia de la deidad mensajera, pero quiere hacerla suya como un valor perenne en sí mismo. A través de muchas dificultades y trabajos ya ha reconocido diversas formas de la deidad que han aparecido, o se han presentado en su alma. Pero desea realizar en ella un vergel en el que cada macizo de flores, cada planta esté en su lugar correcto.

Para ello lo primero que debe saber es que con objeto de lograr el orden que pretende –cualquiera que éste sea– no debe confiar en su voluntad humana para conseguirlo, sino abandonarse a la Voluntad divina.

Esto no es lo que ha estado haciendo, sino lo inverso, aunque él no lo crea y en su necedad trate de demostrar lo contrario. Estaba esperando que esas imágenes difusas de la deidad –muchas veces ligadas a la niñez– se hicieran suyas para establecer así su propiedad y una vez munido de ella ser el beneficiario de algo que merece y se le ha otorgado por sus esfuerzos y virtudes.

Con la mentalidad del hombre viejo jamás la obtendrá y pospondrá indefinidamente sus posibilidades pues todavía imagina un tesoro, que hay que obtener.



En todo caso la retribución siempre es el presente, el hoy día. Eso es lo que debe obtener. La presencia perenne de la deidad en el ser humano nunca ha sido, en verdad, una pesca imaginativa de la belleza. Es la belleza en sí, la que se le da de modo permanente por la gracia.

Siempre es ahora y la eternidad es eso. En los comienzos la obtención de la sabiduría es una carrera de postas, pero cuando llega el momento del Sí mismo, siempre es actual, y la vivencia de lo simultáneo deviene eso, un ahora reiterado donde ya no hay adonde ir ni nada que percibir. No hay nada que conocer.

Y ello es haberse deificado y no unas vagas ensoñaciones, o unas ilusiones poéticas que sólo suelen ser unas falsas ideas del hombre profano, no sacralizado.

Abandonad toda esperanza vosotros que entráis, dice Dante al comienzo del recorrido de la Divina Comedia.

Esta errónea visión de la que hablamos suele ser un bien propio del supermercado de "ideales".

Tal vez sea hora de dejar nuestra caja de sueños y obtener lo que se busca viendo lo que las cosas son en este ciclo, es decir, beber la hiel de la amargura como si fuera lo que hoy se nos da, nuestro alimento, y recibir la angustia de la desesperación con mucha objetividad. Quizá haya situaciones que no podremos resolver nunca. No esperar milagros; son contraproducentes. ¡Bájate de la nube!


                                     FEDERICO GONZÁLEZ FRÍAS 

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