REGLA PARA LOS EREMITORIOS
San Francisco de Asís
Aquellos
que quieren vivir como religiosos en los eremitorios, sean tres hermanos o
cuatro a lo más; dos de ellos sean madres, y tengan dos hijos o uno por lo
menos. Los dos que son madres lleven la vida de Marta, y los dos hijos lleven
la vida de María ( Lc. 10,38-42); y tengan un cercado en el que cada uno
tenga su celdilla, en la cual ore y duerma.
Y
digan siempre las completas del día inmediatamente después de la puesta del
sol; y esfuércense por mantener el silencio; y digan sus horas; y levántense a
maitines y busquen primeramente el reino de Dios y su justicia (Mt. 6,33). Y
digan prima a la hora que conviene, y después de tercia se concluye el
silencio; y pueden hablar e ir a sus madres. Y cuando les plazca, pueden
pedirles limosna a ellas como pobres pequeñuelos por amor del Señor Dios. Y
después digan sexta y nona; y digan vísperas a la hora que conviene. Y en el
cercado donde moran, no permitan entrar a persona alguna, ni coman allí.
Los
hermanos que son madres esfuércense por permanecer lejos de toda persona; y por
obediencia a su ministro guarden a sus hijos de toda persona, para que nadie pueda
hablar con ellos. Y los hijos no hablen con persona alguna, sino con sus madres
y con su ministro y su custodio, cuando a éstos les plazca visitarlos con la
bendición del Señor Dios. Y los hijos asuman de vez en cuando el oficio de
madres, alternativamente, por el tiempo que les hubiera parecido conveniente
establecer, para que solícita y esforzadamente se esfuercen en guardar todo lo
sobredicho.
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