Abu Madyan de Sevilla

         



            Queridos amigos y lectores, es para nosotros un privilegio darle entrada a esta publicación que habla nada más y nada menos, que de un maestro de maestros: Abu Madyan de Sevilla. Querido y amado por muchos, fuente de inspiración para otros tantos más.


ABU MADYAN DE SEVILLA

            Shu´ayb ibn Husayn al-Ansar?, más conocido por su apodo Ab? Madyan, Shayj al-Shuyuj (maestro de los maestros) nació en Cantillana, pueblo de la provincia de Sevilla a orillas del Guadalquivir en 1116. Cuando era niño se dedicó al pastoreo, sin embargo, como le atraía el conocimiento, abandonó a su familia para ir a estudiar a Marruecos, fijando su residencia en Fez, donde fue iniciado en la doctrina sufí.

            Entre los maestros que contribuyeron a la formación de Abu Madyan, se destacan estos tres: Abu-l-Hasan b. Hirzihim (m. 559/1163), Abu Abd Al-Lah al-Daqaq y Abu Ya´za (m. 572/1177). Los hagiógrafos señalan que fue al-Daqqaq, quien ultimó su preparación para tomar el hábito sufí o jirqa, y luego pasó bajo la tutela de Abu Ya´za. Cuando ya tenía una cierta formación Abu Ya´za le permitió viajar a Oriente para realizar la peregrinación a la Meca y poder ampliar después su formación bajo la dirección del famoso maestro Abd al- Qadir al-Yilan? (m. 560/1165), fundador de la escuela Qadriyya.

            Al regreso de la peregrinación, fijó definitivamente su residencia en Bujía, para dedicarse a la enseñanza y formación de sus discípulos. Entre ellos abundaban los que procedían de al-Andalus.

            Ibn Arabí de Murcia, aunque no consta que tuvo un trato directo con él, pondera en sus obras, repetidas veces las enseñanzas y máximas de Abu Madyan, sobre todo, en dos de sus obras al-Futuhat al-Makiyya (Las iluminaciones de Meca) y Muhadarat al-abrar (Las disertaciones de los piadosos).

            La fama lograda por Abu Madyan no sólo entre sus discípulos, sino también entre la gente del pueblo, suscitó la envidia de los alfaquíes, que lo acusaron ante el sultán almohade Ya´qub al-Mansur, de intento de conspiración para quitarle el trono. Reclamado por el sultán a su corte de Fez para interrogarle, partió de Bujía acompañado de sus discípulos, pero en el camino, cerca de Tremecén (Argelia), murió en el año 1197, siendo sepultado en al-Ubbad.




            Su mausoleo sigue siendo lugar de peregrinación desde entonces hasta nuestros días.

            El gran número de discípulos de Abu Madyan, algunos de los cuales difundieron sus enseñanzas por Oriente, refleja en parte el importante papel que desempeñó en todo el tasawwuf, tanto occidental como oriental.

            Su método espiritual sirve como fuente de sabiduría a sus discípulos.

            A continuación citamos uno de sus poemas más conocidos:



            El placer de la vida se encuentra tan sólo en la compañía de los Fuqara (sufíes) ellos son los sultanes, los maestros y los príncipes. Por tanto, mantén su compañía, y ten cortesía en sus asambleas. Olvida tus ocupaciones cuando ellos te empujan hacia delante. Atrapa el momento, mantén siempre el estado de Presencia con ellos. Sé consciente de que la Luz se otorga a quienes están presentes.

            Adhiérete al silencio, a menos que te pregunten. Di, entonces: “Carezco de conocimiento”, y encúbrete mediante la ignorancia. Sólo mira a tus propias faltas, creyendo que son faltas evidentes, aunque estén ocultas. Baja tu cabeza y pide perdón sin motivo, presenta tus disculpas en justo trato.

            Si cometes una falta, entonces discúlpate, y eleva el rostro de la disculpa por lo que ha fluido en ti desde ti. Di: “Vuestro insignificante servidor tiene derecho a vuestro perdón. ¡Oh Fuqara!, actuad amablemente mediante el perdón y adheriros a la gentileza.” Son merecedores de la virtud, ya que es su naturaleza. No temas esclavitud ni daño procedente de ellos.

            Invoca siempre con generosidad las alabanzas a los hermanos, en los sentidos y en los significados. Y baja la mirada si alguno resbala. Observa con atención al maestro (Shayj) en sus estados, quizá un indicio de su aprobación se manifieste en ti. Ofrécele seriedad y diligencia en tu aprendizaje, quizá él esté satisfecho.

            Y ten cuidado, no sea que le irrites. El goce del Creador se encuentra en su goce y su obediencia. El Shayj estará satisfecho contigo.

            Guárdate de aquel que abandona. Sé consciente de que el sendero de la Comunidad (Sufí) es oculto y el estado de aquel que sólo lo reivindica en realidad es como tú lo ves.

            ¿Cuándo los veré y dónde los veré? ¿Cuándo escuchará mi oído alguna noticia de ellos?

            ¿Quién soy y dónde se reunirá mi semejanza con ellos, en Manantiales donde no reconozco impureza?

            Los amo y los trato con gentileza, y les ofrezco la sangre de mi corazón, en especial a un grupo de ellos. Una gente de nobles cualidades. Donde quiera que se sientan, una fragancia permanece en el lugar tras ellos. Su carácter en los Senderos guía al Sufismo (Tasawwuf). Su armonía es la que deleita mi mirada.

            Ellos son la gente de mi amor y mis amantes. Quienes siguen la pista de los faldones de poder con magnificencia. Pueda yo ser reunido con ellos en Al-Lah, y mis acciones erróneas olvidadas y perdonadas en Él.

            Las bendiciones sean sobre el escogido, Sayyidina Muhammad".

           

Redacción - Fuente: Websilam

Zawiya Shadhiliya Darqawiya Al-Alawiya

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