LA ALQUIMIA DE LA TRADICIÓN HERMÉTICA
Ante
todo, la verdadera Alquimia es de orden ESPIRITUAL; esta es una verdad que
usualmente es ignorada o desconocida por quienes carecen de autoridad para
hablar acerca de este asunto. Se trata, pues, de una Ciencia Sagrada o IEROS
EPISTEME, como la llamaban los Iniciados Griegos, de naturaleza propiamente
espiritual o “interior”, que no tiene nada que ver con las operaciones
materiales a las que se ha pretendida confundir con la verdadera Alquimia,
aplicándole el mismo término.
En el mundo árabe, la “alquimia” material siempre
ha sido considerada como una ciencia inferior comparable a la brujería;
mientras que se considera a la Alquimia Espiritual como la única verdadera,
generalmente designada bajo el nombre de KIMIA ES-SADAH o “Alquimia de la
felicidad”. De hecho, existe un Tratado de Al-Gazali que lleva este título.
Como bien lo señala René Guenón: “lo que no hay que perder de vista jamás, y
que está en la base de toda Enseñanza verdaderamente Iniciática, es, que toda
realización digna de este nombre, es de orden esencialmente interior, aún si es
susceptible de tener repercusiones al exterior; el hombre no puede encontrar
los principios y los medios sino en sí-mismo, y lo puede, porque él porta en sí
la correspondencia de todo lo que existe, vale decir, que “el hombre es un símbolo
de la Existencia Universal”; y si logra penetrar hasta el Centro de su propio
Ser, alcanza por ello mismo el Conocimiento total, con todo lo que ello implica
por añadidura: “quien conoce a su Ser Verdadero, conoce a su Señor”, y lo
conoce entonces en la suprema unidad del Principio mismo, fuera del cual no hay
nada que pueda tener el menor grado de realidad.” (Cf. “La Tradition
Hermetique”).
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