Los Vicios del Corazón (II) - Al Ghazali


Los Vicios del Corazón (II)

(Bidaya) Imam Al-Ghazali

 2) LA HIPOCRESIA ESPIRITUAL.

            Este vicio es un politeísmo secreto, es uno de los dos politeísmos. Consiste en que busques lograr prestigio en los corazones de los hombres, para obtener así honor y respeto. El amor de los honores es una de las pasiones más seductoras. La mayoría de las gentes se pierden por ese amor. Y así resulta que los hombres no se pierden sino por los hombres. Si la humanidad fuese discreta, advertiría que la mayor  parte de las ciencias que por el estudio adquiere y de las obras de devoción que practica, y hasta las acciones indiferentes de la vida habitual y profana, no las hace sino  por ese estímulo del bien parecer, es decir, por hipocresía, para que los demás tengan de uno buena opinión. Esta hipocresía inutiliza el fruto de toda obra buena, según se consigna en aquella tradición del Profeta, que dice que el mártir de la guerra santa será lanzado al infierno en el día del juicio, y que entonces clamará: «¡Señor! ¡Yo sufrí el martirio en tu servicio!» Pero Dios le responderá: «Tú deseabas que dijeran, Fulano es valiente, pues bien, ya lo han dicho y ese dicho de la gente es tu recompensa.» Eso mismo se les dirá en aquel día al sabio, al peregrino  y al lector del Qur´an.

3) LA VANIDAD, LA SOBERBIA.

            Esta sí que es dolencia difícil de curar. Consiste en mirarse el devoto a sí mismo con ojos de glorificación y ensalzamiento, y a los demás con ojos de desprecio. Sus consecuencias o efectos en la lengua son decir:

            « ¡Yo y yo!», como el maldito Satanás se reveló ante Dios. Y cuando dijimos a los ángeles:

            -“¡Postraos ante Adán!”, se postraron todos, excepto Satanás (Iblis), que se negó y se mostró arrogante y así se convirtió en uno de los que niegan la verdad.  (Qur´an 2:34)

«Yo soy mejor que él, pues me creaste de fuego y a él de barro.»

 
                Fruto de este vicio, en las tertulias o conferencias literarias, es el buscar siempre en la discusión la supremacía y la prioridad sobre los otros, procurando ser el primero que tome siempre la palabra e indignándose si sus razones son refutadas. El soberbio es aquel que, si se le amonesta o aconseja, rehúsa, pero, si quien amonesta es él, lo hace con dureza y violencia. Todo el que se estima a sí propio como mejor que sus prójimos, es soberbio. Por el contrario, tú debes tener siempre presente que el  mejor es aquel que a los ojos de Dios será el mejor en la vida  futura. Y esto es un misterio, pues depende de si morirá o no en Gracia de Dios. Por consiguiente, es pura insensatez de tu parte el que te creas mejor que tus prójimos. Antes conviene que no mires a nadie sin creer que es mejor que tú y más perfecto y virtuoso.

               Y así, cuando veas a alguien de menor edad que la tuya, deberás decirte: “Este no ha ofendido a Dios, mientras que yo lo ofendí, luego es mejor que yo”. Y cuando veas a alguien de más años que los tuyos, deberás decirte: Este ha servido a Dios antes que yo, luego no hay duda de que es mejor que yo.”  Y si es un sabio, te dirás: “A éste se le ha otorgado por Dios un don que a mí me  falta y ha llegado a un grado de perfección que yo no logré  y conoce lo que yo ignoro”. ¿Cómo, pues, voy a ser yo semejante a él? Y si es un ignorante, dirás: «Este ofendió a Dios por ignorancia, mientras que yo le ofendí con plena advertencia; de modo que mi responsabilidad es mayor que la suya a los ojos de Dios; y  por otra parte, no sé cómo será mi muerte ni la suya.» Y si es un infiel, te dirás: «Yo ignoro si quizá acabará por convertirse al Islam y terminará sus días en Gracia de Dios y de sus pecados limpio en atención a su fe, mientras que yo.-¡Dios no lo quiera!, pero puede muy bien suceder que  permita el Señor mi extravío y la pérdida de la fe y acabe mis días en pecado y me condene, al paso que él se salve.»  Así, pues, no expulsarás el orgullo de tu corazón, si no reconoces que sólo es grande el que lo es a los ojos de Dios, y que esto depende de que coincida la muerte con tú estado de  gracia, y que este suceso es cosa dudosa. De esta manera, el temor y la duda de morir en desgracia de Dios impedirá que la soberbia no te haga fracasar con el  trato respecto a tus prójimos, pues, aunque ahora te creas seguro de estar en Gracia de Dios y de poseer la fe, eso no te  garantiza que puedas cambiar de estado en lo futuro, ya que Dios cambia los corazones de sus siervos, dirigiéndolos o extraviándolos, según le place.



EXHORTACION

REFLEXIONA: ¡OH tú que te dedicas al estudio de las ciencias religiosas!, acerca de estos tres vicios del  corazón, y ten presente que la principal causa que en el  corazón los arraiga no es otra que ésta, a saber; el buscar la ciencia, para lograr honores y vencer en las polémicas y discusiones apasionadas, viendo los errores ajenos e ignorando los suyos propios. El hombre iletrado está libre de la mayor parte de esos vicios, el letrado, en cambio se verá continuamente asaltado  por sus sugestiones y expuesto por su causa al peligro de la eterna condenación. Mira, pues, cuál negocio de ambos te importa más, si el  negocio de aprender el método de preservarte de esos mortales vicios, ocupándote en purificar tu corazón y en cultivar el campo de tu vida futura, o bien el negocio de  profundizar en el estudio de las ciencias, buscando tan sólo en ellas ocasiones de fomentar la soberbia, la hipocresía, la envidia y la vanidad, y así perder tu alma… “Ten presente también que estos tres vicios capitales tienen un semillero común, a saber, el amor al mundo”. Por eso dijo el Profeta Muhammad ():

«El amor al mundo es el principio de todo pecado.»

            Mas, a pesar de esto, el mundo es el campo de siembra  para la vida futura y por tanto, el que toma de las cosas de este mundo lo preciso tan sólo para ayudarse a lograr la vida futura, para él sí que es este mundo el semillero de su  felicidad eterna; en cambio, al que lo toma como instrumento de placer presente, sólo le sirve para su  perdición. En cambio, si quieres estudiar la ciencia de la polémica, de la disputa y de la discusión, ¡cuán grave será el daño que te harás, cuan prolongados disgustos te procurarás, cuan enorme fracaso y ruina te acarrearás! Haz, pues, lo que quieras; pero el mundo que trates de lograr a costa de la religión, no se te entregará, y en cambio la vida futura se te negará. De modo que quien busca al  mundo a costa de la religión, ambas cosas pierde, mientras que quien por la religión se aleja del mundo, ambas cosas logra. Este es, el resumen de la iniciación en el camino recto para tratar con Dios cumpliendo sus preceptos y evitando sus prohibiciones.

---

            -¡Busca, mejor el bien de la otra vida, por medio de lo que Allah te ha dado, sin olvidar, no obstante, tu justa  parte en esta vida, y haz el bien a los demás como Dios ha hecho el bien contigo y no quieras sembrar la corrupción en la tierra, pues ciertamente Dios no ama a los que siembran la corrupción! (Qur´an 28:77)

Comentarios