ARITMOSOFIA
Federico González Frías
Los números poseen una
realidad mágico teúrgica, que los hombres de nuestros días hemos olvidado, y
que trataremos de recuperar. Ellos son módulos armónicos y medidas que
relacionan al microcosmos (hombre), con el macrocosmos (universo), y responden
a vibraciones secretas, que encuentran sus correspondencias en todas las cosas.
Desde los acontecimientos
mundiales, a los sucesos locales e individuales, los que forman parte de la
armonía universal, que se expresa también a través de números y medidas,
semejando una gran sinfonía. De allí la conexión con la música, y particularmente
con los ritmos y los ciclos. Por lo tanto el número es un lenguaje universal
conocido por todos los pueblos, que siempre ha sido considerado como un símbolo
revelado, capaz de sintetizar y ordenar el universo, y como un magnífico
vehículo apto para establecer relaciones entre las cosas, entretejiendo los
variados órdenes de la existencia y los escalonados mundos o planos de la
realidad.
Aunque la sociedad moderna
pareciera creer que los números fueran una invención humana, producto del
progreso, muy útiles para hacer cálculos estadísticos, así como para medir,
clasificar y en general contar objetos de toda índole, percibiendo a la serie
numérica como una sucesión indefinida y horizontal – en una sola dimensión –,
carente en absoluto de un significado otro, en las sociedades tradicionales,
por el contrario, los números son concebidos como deidades ordenadoras, como
intermediarios, portadores de energías e Ideas superiores que ellos mismos
plasman en el cosmos entero.
Los números se
corresponden de modo preciso con las figuras de la geometría y las notas
musicales como hemos dicho, en perfecta armonía con las leyes de la Astrología
y el orden del universo. El recorrido que hacen los números desde el uno hasta
el diez (de lo casi inmanifestado a la manifestación) nos enseñará cómo
emprender el camino de retorno, a partir de la realidad física, en búsqueda de
la Unidad metafísica.
El número, como todos los
símbolos, es susceptible de ser observado bajo dos aspectos: exterior e
interior. Desde el punto de vista externo los símbolos numéricos expresan
meramente cantidades; desde el interno, manifiestan más bien cualidades del
ser. Nuestro Programa (Agartha) hará énfasis en la visión cualitativa, que es la
principal, ya que desde nuestro punto de vista lo cuantitativo es secundario y
derivado de lo cualitativo. Esta visión esotérica de la Numerología fue
transmitida a Occidente por medio de la Escuela Pitagórica, aunque se la
encuentra también en todas las culturas ligadas a la Tradición Primordial.
Según los pitagóricos todas las cosas se sintetizan en los nueve primeros
números; éstos a su vez pueden resumirse en los tres primeros; y ellos están
contenidos en la unidad.
Los trabajos numéricos y geométricos que
sugerimos promueven una labor de síntesis, siempre en la búsqueda de la unidad
de nosotros mismos; de la unidad del cosmos; de la Unidad del Ser.
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