EL CANTO GREGORIANO
Edwin
Arellano
El canto
Gregoriano o Rito Romano (Lex Romana) se atribuye a San Gregorio Magno, San
Gregorio I; quien nació en Roma en el 540 y reinó como Papa entre el 590 y 604.
Dice la
tradición cristiana que este Papa se dedicó a la elaboración y codificación de
esta música celestial, de allí su denominación de Canto Gregoriano; durante su
pontificado se revisaron y resguardaron las melodías musicales, para unificarlas
y darles un estilo mas solidó dándole una estructura universal y definitiva al canto
de la iglesia cristiana.
Su obra máxima
es el “ANTIFONARIUM”, compilación de 600 antífonas, obra que está perdida, se
dice que las melodías le eran dictadas directamente por el espíritu santo.
Fundo La Schola Cantorum , que era un colegio donde se ubicaban los monjes a estudiar por nueve años,
especializándose, conservando y preservando la esencia principal de los Cantos
Gregorianos.
Unifico la Liturgia Cristiana ,
para aquel entonces existían diversas liturgias, cada cual con su propio repertorio
entre las cuales destacaban la milanesa o ambrosiana, la galicana, la mozarabe,
la de Toledo Sevilla y Zaragoza romana, la bizantina, entre otras
Se puede
resumir el Canto Gregoriano, como el modelo de música perfecta de construcción,
por su belleza y simbiosis pulcra entre palabras y sonidos.
Hoy en día,
estudiosos e investigadores continúan buscando sus raíces y revisando este
complejo sistema musical, mientras que grupos musicales religiosos y seglares
lo interpretan para un público que conserva la tradición o que busca un medio
antiestrés.
Su
importancia radica en que se constituyo en columna vertebral de la música de la
cultura occidental, a la cual dio forma y estructura durante siglos,
contribuyendo a establecer las características que le son propias y que le dan
carácter de universalidad.
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