¿ES LA ROSA, UN SÍMBOLO?
ESPERANZA
“Cada flor tiene su perfume y cada cual tiene su fuerza de
olfatear. El que niega que la flor exhala un perfume, sería más sabio si
reconoce que es él quien no tiene olfato…”
Sheikh
Hadj Adda
“La
Piedra es un Campo que el Sabio cultiva, en el cual la Naturaleza y el Arte han
puesto la semilla que debe producir su fruto.”
Triunfo
Hermético
“Una
Rosa inspira la belleza más excelsa, aquella que nuestros ojos no se cansarían
de mirar sin preguntarse, quien sería el creador de tal magnificencia?
Su
aroma hace honor a su deferencia, pétalo a pétalo como si cubriesen el tesoro
más grandioso de la eternidad, al desprenderlos, en el alma se combinan la
emoción del descubrimiento y la tristeza de la destrucción…”
Esperanza
Una
flor puede ser considerada, la mejor expresión de perfección, razón por la que
desde los principios de los tiempos, fueron consideradas símbolos, para la
inspiración y testimonio del trabajo de la vía espiritual. Todo en el universo
es símbolo, y un símbolo es vehículo de lo espiritual. En la iniciación de la tradición masónica se
cumple fielmente el enterramiento de la candidata, en la profundidad de su
tierra interior, se empieza a procurar poco a poco, el anhelo de todo iniciado,
que no es más que, alcanzar la floración del Ser en el campo terrenal; aquella
parcela que forma parte del gran campo universal. En él, cae la semilla que a
través de la putrefacción, principio de transformación de todos los estados,
potencialmente contenidos que yacen dormidos y muertos, en espera de la energía
espiritual que los hará vibrar hacia la luz… He aquí el comienzo del tránsito
del Sendero, internamente se empieza a consumar
y a construir la apertura hacia la
nueva vida, causa representada en este
caso, por el crecimiento de la Rosa, flor sagrada de la tradición occidental.
La
apertura pausada a través de la tierra hacia el Sol, representa la derrota de
la inercia de la materia y al peso de los vicios, pasiones e ilusiones; la
fuerza de gravedad como impulso divino, se une al proceso para vencer la
resistencia de la materialidad, la ruta que la Rosa se traza hacia el exterior,
la traza el iniciado hacia su interior
al emprender su viaje de Retorno…
Comienzan
las fuerzas ascendentes del crecimiento del reino vegetal, sobre la tierra
avanza tenazmente, hasta que emerge el fortalecido Tallo que será coronado… florece un capullo, símbolo
de un nuevo estado, como aquel del iniciado, que por sus “vivencias en el trabajo” logra la transformación a un estado más sutil,
pasando de esta forma de la negatividad (putrefacción) a la actividad pura y
trascendente, capaz de resurgir la totalidad de los elementos, en aquello que
se designa elevación… Citemos a Böhme; “La cualidad-liberación pasa a través de la cualidad astringente (por
asimilarse al estrechamiento de la dura Tierra), lacera el cuerpo y se marcha
fuera del cuerpo, y por sobre la Tierra hasta que despunta un largo tallo...”.
Igualmente,
en textos alquímicos árabes encontramos sobre la virtud del tallo: Una cosa verde, llamada mirto,
que sale en gemas de una base, llamada tallo del mirto, y se dice: “Mezclad
el tallo con la Piedra...” Este
tallo quemará su alma y consumirá las imperfecciones combustibles de la Piedra.
La libera de todos los principios que la corrompen; devuelven la vida al Muerto; pero el Fuego no tiene poder
sobre él…
Ahora bien, la Rosa Roja como símbolo
de la espiritualidad, señala el corazón transformado de aquel que ha logrado
transitar el camino masónico de una forma Consciente y Plena. Ella manifiesta a
través del despertar, el florecer del Ser o la Inspiración del corazón, como
centro espiritual del Hombre. Su corola formada de cinco hojas de forma similar
a una copa, nos sugiere un contenedor cuyos pétalos, son fuentes del vino sagrado que embriaga el
alma… Como dijera el poeta musulmán, Sharâf al-dîn ‘Umar ibn al-Fârid, no se trata de un
vino corriente, corruptible, sino de un vino trascendente, “Creado antes de la creación de la viña,” fruto de la perfección
suprema, simbolizada por sus cinco pétalos…
La
Rosa es única, definitivamente representa el logro absoluto y de perfección, es
el máximo emblema del Amor. Ha sido representada y mencionada en varios
escritos simbólicos, para “enseñar” que en el viaje del peregrino, “nada es
perdido”, todo está y estará recompensado por la fuerza infinita de la Bondad y
Retribución, donde la aprehensión del “Conocimiento Supremo” resplandecerá en
vuestro corazón, como aquella Rosa, que Beatriz muestra a su amante fiel al
llegar al último circulo del paraíso. (El paraíso, XXX, 124-127).
Humildes
palabras… dedicadas a aquel, que sembró en el corazón el Amor más Sutil y Sencillo
por la Naturaleza como la más grande manifestación Divina…
“A caso no es
ella, la primera letra de la divinidad…”
Esperanza
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