NOCIONES GENERALES SOBRE LA
ALQUIMIA
Robert Ambelain
“Basileo Valentín, monje benedictino describió
luego más claramente el alma del metal, que llamó Azufre o tintura; el cuerpo,
entonces la Sal; y por último el espíritu, que llamó Mercurio…”
(J.B.
Van Helmont: Ortus Medicinae, 1648)
La terminología hermética emplea palabras y
expresiones que no tienen relación directa con sus equivalencias en el idioma
profano. Es entonces indispensable definir lo que se entiende aquí en ciertas
palabras esenciales, que son los nombres de los elementos constitutivos de la Materia
primera, y de su evolución hacia el estado último: el Oro, símbolo de la
perfección en el seno de la vida metálica.
A) Las Cuatro Cualidades Elementales
- El Frío, origen de la fijación, se manifiesta por la
ausencia total o parcial de la vibración, cuyo efecto es de coagular o de
cristalizar la Materia, destruyendo el principio de expansión que está dentro
del Caliente (conservación). Su acción es entonces, astringente, fijadora,
retardataria, cristalizadora.
- El Húmedo, origen de la feminidad, se traduce por una
vibración de naturaleza atractiva, mutable, inestable, que flexibiliza,
ablanda, relaja, humedece. Cuando penetra los átomos, divide los homogéneos y
unifica los heterogéneos, provocando así la involución de la Materia, o su
desagregación. Su acción es templadora, suavizante, emoliente, dispersadora.
- El Seco, origen de la reacción, se manifiesta por una
vibración de naturaleza retenedora, exaltante, irritante, que contraría y
retiene la impulsión dada. Su acción es retractiva.
- El Caliente: origen de la masculinidad, se traduce por
una vibración de naturaleza expansiva, dilatante, enrarecedora, que provoca la
evolución de los átomos. Su acción es vitalizante, de cocimiento, estimulante
dinámica.
En el Hombre, estas cuatro Cualidades dan:
- Frío: impasibilidad, escepticismo, egoísmo, deseo
pasivo de sumisión. - Húmedo: pasividad, variación, asimilación, deseo activo
de sumisión. - Seco: reacción, oposición, retención, deseo pasivo de
dominación. - Caliente: expansión, entusiasmo, acción, deseo activo de
dominación.
B)
Los Cuatro Elementos
- Tierra: La acción reactiva del Seco sobre el Frío lo
divide, y así oponiéndose a su total fijación, lo transforma en elemento
Tierra, principio condensador y receptor.
- Agua: La acción refrigerante, coaguladora, atónica
y fijadora del Frío sobre el Húmedo le da espesor, lo apesanta y lo transforma
en Agua, principio de circulación.
- Aire: La acción expansiva, dilatante y
rarificativa del Caliente sobre el Húmedo, lo transforma en Aire, principio de
la atracción molecular.
- Fuego: La acción reactiva, retenedora, exaltante e
irritante del Seco sobre lo Caliente lo transforma en Fuego, principio de
dinamización violento y activo.
En el Hombre, estos cuatro Elementos dan:
- Tierra: Inquietud,
taciturnidad, reserva, prudencia, ternura contenida o egoísmo, espíritu
concentrado o pretencioso, desconfiado, reflexivo, ingenioso, estudiosos,
solitario.
- Agua: Pasividad,
indolencia, asco, lasitud, sumisión, inconsistencia, versatilidad, pereza,
inconsciencia, incertidumbre, timidez, miedo.
- Aire: Amabilidad,
cortesía, obsequiosidad, destreza, sutileza, iniciativa, prontitud,
asimilación, ingeniosidad, armonía.
- Fuego: violencia,
autoridad, ambición, entusiasmo, presunción, orgullo, irascibilidad, ardor,
fervor, valentía, generosidad, pasión, prodigalidad, fogosidad, vanidad.
C)
Los Tres Principios de los Filósofos
Azufre Principio: El Caliente contenido en el Fuego y en el
Aire, engendra un principio de naturaleza caliente, fecundante, fermentativa,
que llamamos Azufre. Es el principio Macho de todo germen y de él nace el
sabor, el color fundamental rojo. En el Hombre corresponde al Espíritu.
Mercurio Principio: El Húmedo, contenido en el Aire y en el
Agua, engendra un principio de naturaleza vaporosa, sutil, mutativa,
generadora, que llamamos el Mercurio. Es el principio Hembra de todo germen y
de él nace el Olor, el color fundamental Azul. En el Hombre corresponde al
Alma.
Sal Principio: El Seco, contenido en el Fuego y en la
Tierra, engendra un principio de naturaleza seca cohesiva, coaguladora que
llamamos la Sal. Es el principio de unificación del Macho con la Hembra, así
como también el resultado de su unión. De él nacen entonces la forma y el peso,
el color fundamental amarillo. En el hombre corresponde al Cuerpo.
Son estos tres principios constitutivos que
son, en el vocabulario de la Alquimia tradicional, la Sustancia próxima de los
seres y de las cosas.
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