Una idea sobre el Trabajo Interior - Ibn Idris Ibrahim (Ignacio Sánchez)


UNA IDEA SOBRE EL TRABAJO INTERIOR

Ibn Idris Ibrahim

(Ignacio Sánchez)

            “La adquisición de La Doctrina del Sendero Espiritual es el “paso” que constituye el “cuerpo” o lo Continente, y los Métodos y las Prácticas constituyen el Contenido; estos últimos son los que conducen al Conocimiento Iluminador, o , como lo denominan los Sufíes, “La verdad de la Certeza” (Haqq’l Yaquin). La adquisición de La Doctrina es un proceso Centrifugo que se desarrolla a partir del individuo humano; en tanto que el Método es un proceso Centrípeto al cual es necesario someterse, a fin de que el Conocimiento obtenido por medio de la Doctrina, pueda conducir a la Iluminación”.

"La Iniciación el Camino de Retorno" 

Fermín Vale Amesti

            ¿Qué es el Trabajo Interior? Bien podríamos decir que no es otra cosa que el soporte para alcanzar el perfección sobre el Ser mismo que ha actualizado todas las potencias contenidas en él, en estado “latente”, pero hechas “Acto”. Representa en el aquí y en el ahora haber alcanzado de manera Real y Efectiva, ese estado que conocemos como “Ser Verdadero”, logrando en parte y de manera latente, esa “reintegración del Ser”, de la que tanto se ha referido el maestro hábil Martínez de Pasqually en toda su obra literaria.

            Intentar definir un estado que por lo demás, es imposible ser expresado por palabras, es intentar de describir algo que de manera muy hábil y sabiamente, supo definir el maestro Albanashar Al-Walÿ, con aquella tan corta pero tan poderosa expresión de el “Templo no hecho con las manos”, hecho a la imagen y semejanza del Templo de allá arriba; el Templo Cósmico del cual, La Gran Obra Universal funge como un reflejo perenne y constante. A través del trabajo íntimo podremos tomar posesión efectiva de la Gnosis, que nos hará de manera fehaciente, unos “Maestros Expertos” en la interpretación del Simbolismo, como lenguaje del Alma, capaz de conducirnos y guiarnos por el transitar del Iniciado por los llamados Estados Superiores del Ser.

            El Trabajo Interior realizado a partir de la vía contemplativa como un elemento esencial para poder identificar al Creador en toda su obra; va más allá de la razón, de la ilusión fantasiosa siempre tan brillante para la mente, pero incapaz de producir la “iluminación” Sagrada y directa que se nos manifiesta a través del Intelecto Puro, el Intelecto sobre todas las cosas creadas, capaces de mostrarnos la senda hasta la morada íntima de lo Supremo.

            Este estado de lucidez para el alma puede ser reconocido cuando el Maestro masón ha logrado erigir y edificar las dos Columnas de su Templo de Luz, empleando el “Rigor” sobre sus pensamientos y sus acciones y la “Misericordia” para con los demás, es decir, el entendimiento exacto y profundo del Ser humano que no ha podido trascender a su condición animal. Entendimiento de los dos principios Sagrados que solo pueden ser vividos y sentidos en la profundidad del pecho del Iniciado, a través de los grados simbólicos de cualquier vía o forma tradicional reconocida como válida y que nos situará en el Sendero de Luz conocido como “El Pilar del Medio” o "La Cámara del Medio".

            El perfeccionamiento intimo logrado por medio del trabajo interior, se encuentra resumido en el simbolismo de la “Rosa sobre la Cruz”, entre otros tantos emblemas que nos explica con exactitud el trabajo del verdadero Iniciado que debe de “Reunir lo disperso y difundir la Luz”; simbolismo que nos expresa la culminación de una de las etapas de la vía alquímica y que para los antiguos Maestros Escoses de San Andrés, representaron bajo los colores, rojo, blanco y verde y bajo las tres Virtudes Teologales: “Fe, Esperanza y Caridad”.

           Sobre las dos beatitudes, ya hablaremos en otra oportunidad...

Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra, tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra, tú eres vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso Salvador”.

Alabanza al Dios Altísimo

San Francisco de Asís
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Ibn Idris Ibrahim

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