En la Magia siempre hay algo de valor para todos - Israel Regardie

EN LA MAGIA SIEMPRE HAY ALGO DE VALOR PARA TODOS

Israel Regardie

La Magia, como sistema práctico, no tiene tanto que ver con el análisis como con la puesta en funcionamiento de las partes creativas e intuitivas del hombre. Ninguna técnica psicológica podrá ser nunca totalmente integradora hasta que acepte esa parte espiritual del hombre y ayude a que el paciente reconozca y acepte dicha actividad. En la actualidad, el tratamiento de estos temas permanece casi enteramente bajo el exclusivo dominio de la Magia.


Ésta reconoce plenamente la necesidad de integración. No sólo acepta y recomienda los resultados del análisis, sino que va más lejos. Si el análisis tiene como metas la aceptación del Inconsciente y la validez de su coexistencia con la consciencia, se puede decir que la Magia es una técnica para sacar a la luz los más profundos niveles del Inconsciente. Estos son niveles de energía y comprensión cuyo valor podemos entender ligeramente a través de la contemplación de las figuras religiosas del pasado. Buda, Jesús, Krishna, San Francisco, y otros, son ejemplos de hombres iluminados de individuos que se esforzaron, cada uno de diferente manera, por conocerse a sí mismos y alcanzar la comprensión de su verdadera naturaleza divina.


Si lo deseamos, podemos llamar devoción, meditación y contemplación a las técnicas empleadas por ellos. Fundamentalmente, sin embargo, son idénticas en espíritu a las que ahora vamos a exponer bajo el nombre de Magia. En esta última, no obstante, todo el proceso de realización ha sido sistematizado y desarrollado en una ciencia casi exacta que tiene como base el descubrimiento de la Divinidad. Aunque puede que sean muy pocos los que alcancen en esta vida la completa comprensión de su origen y naturaleza divinos, en la Magia siempre hay algo de valor para todos, algún grado de plenitud o de realización. No hay nadie tan pequeño que no pueda usarla para algún fin noble y bueno. Ni nadie tan grande que no pueda superarse moralmente y en los demás sentidos, haciéndose con ello más eficiente a la hora de afrontar y entender la vida y el mundo tanto fuera como dentro de sí mismo. Estos son objetivos que, a pesar de la magnitud de su visión, están al alcance de todos los hombres.

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