LA OBRA TRASCENDENTAL DEL "MAESTRO DE CARACAS"
JOËL POZARNIK *
El 11 de agosto de 1999, día de luna negra, fue también la fecha del último eclipse anular de Sol del segundo milenio de la Era Cristiana. Esta noche, en el cielo de Caracas, capital de Venezuela, se formaba también una Cruz Santa: Marte opuesto a Saturno, Sol/Luna opuesto a Urano, en los cuatro signos fijos… En la noche del 11 al 12 de Agosto, a las 3:00 am, en un modesto apartamento del municipio Chacao, una zona comercial de Caracas habitada principalmente por los inmigrantes españoles y sus descendientes, fallecía en su biblioteca de forma rectangular, sentado en su sillón de cuero negro en el cual solía meditar, Fermín Vale Amesti, Pasado Gran Maestro de la Gran Logia de la República de Venezuela (1959-1961). Él se fue mirando hacia el Este, rodeado de las fotos de René Guénon, del Sheik Al-Alawi, y de quienes fueron sus instructores. Cuando el sol se levantó el 12 de Agosto, como cada mañana empezó a resaltarse por el largo ventanal situado al Norte de la biblioteca, la imponente silueta del Avila, la frondosa montaña que domina el Valle de Caracas. Era un día como cualquier otro, salvo que ese día, Albanashar-Al-Wali había dejado su envoltura de carne y se encaminaba hacia el Oriente Eterno.
Fue velado en el Templo
principal de la Gran Logia de la República de Venezuela, situado en el centro
de Caracas, de Jesuitas a Maturín; durante horas, en un respetuoso y silencioso
homenaje, se relevaron hombres y mujeres para formar lo que terminó por ser una
guardia permanente. A todos ellos y ellas, él les había dado, muchas veces sin
contar, Conocimiento, Fe, Alegría, Fuerza y Esperanza. Durante la Tenida
Fúnebre, la Gran Cámara del Gran Templo estuvo repleta. Las autoridades de la
Gran Logia que participaron en el Ritual Fúnebre se dejaron poco a poco
"contagiar" por la emoción que reinaba en las columnas. El Gran
Orador mencionó en su discurso, que "Fermín Vale Amesti había muy
probablemente anunciado la Masonería del Siglo XXI".
En el cementerio, con la
última palabra de un breve ritual leído por el mismo Gran Orador, cayó
ruidosamente una primera gota de lluvia, y una segunda, y una tercera, y en un
instante, cayó un violentísimo y breve aguacero. El Cielo de Caracas lloraba al
Maestro.
¿Quién era Fermín Vale Amesti?
¿Aquel hijo de Manuel
Ignacio Vale Nava y de Rafaela Amesti de Vale, nacido el 25 de Septiembre de
1923 en el pueblo de Encontrados (Estado Zulia, Venezuela)?
¿Aquel hombre sencillo
que solía caminar en las calles comerciales de Chacao vestido de un pantalón
blanco y de una camisa blanca, y que alegraba con sus chistes a los vendedores
de los kioscos de periódicos y de las numerosas tienditas de esa zona? ¿Aquel
hombre que al final de cada uno de sus chistes, se reía con una carcajada
contagiosa, como si fuera la primera vez que lo contara y como si fuese el
mejor chiste del mundo?
¿Aquel hombre conocido
por sus vecinos como un hombre exigente, de una inmensa cultura y de una gran
inteligencia, que obligaba a cada uno a pensar bien lo que iba a decir antes de
intercambiar ideas con él?
Todo eso era la apariencia, todo lo que él no era en esencia: para un verdadero iniciado, la individualidad no tiene la menor relevancia. Él consideraba altamente inmoral hablar públicamente de la vida privada de los Iniciados, y develar sus correspondencias. Tampoco le gustaba que los detalles relativos al camino seguido por un iniciado fuesen hechos públicos: cada camino es único e íntimo, razón por la cual no puede ser de utilidad a nadie más, y tiene que quedar en el dominio de lo privado. Enseñaba que un verdadero iniciado debía quedar en el anonimato; pero si por alguna circunstancia, tuviese que ser proyectado a la luz pública – posiblemente por sus dones de escritor-, debía ser conocido y reconocido únicamente por sus Obras: "Por sus frutos los conoceréis", y las Obras de Fermín Vale Amesti pertenecen al dominio de la trascendencia.
Espiritualmente, Fermín
Vale Amesti pertenece a la gran familia espiritual del Maestro de Blois, René
Guénon. Sin haberlo conocido personalmente, asimiló sin embargo los grandes
principios de la doctrina metafísica universal, tal como René Guénon los expresó.
Estuvo en el origen de la amplia divulgación de estas enseñanzas en Venezuela.
Mantuvo relaciones fraternales con Alexandre Rouhier, el dueño de la editorial
Vega, editorial que publicó varios de los libros de René Guénon. Inspirado por
estos principios metafîsicos, Fermín Vale Amesti trató de restaurar la doctrina
de la Masonería de Tradición aplicando estos principios a esta forma
tradicional específica, y apoyándose sobre su propio grado de realización
espiritual, pero sin jamás pretender la infalibilidad. Quiso contribuir a
devolver a la Masonería su capacidad operativa para conducir a las almas en
búsqueda de la Luz a una verdadera realización espiritual. Su nombre iniciático
hablaba de su función espiritual: AL-BANAH (el Masón), NASHAR (Revivificar,
Regenerar), ALBANASHAR.
El "Maestro de Caracas"
Si bien Fermín Vale
Amesti era un Iniciado de dimensión Universal, tenía consciencia de que su
trabajo estaba dirigido en prioridad al continente Latino Americano. No dudaba
de que a ese continente le estaba prometido un brillante futuro "cuando
los tiempos hubieran llegado". Trató de expresar la Tradición de una
manera adaptada a la forma de ser y de vivir del Latino Americano. Esperaba que
su trabajo espiritual serviría de fermento a la mente de esa raza en formación,
en pleno proceso de integración, y que necesita de una espiritualidad adaptada
a sus características. Quería formar en Venezuela en particular, y en América
Latina en general, aquella "elite" de la cual habla René Guénon,
convencido de que la evolución de algunos individuos podía producir la evolución
de su raza, y de la humanidad en general; convencido también de que Venezuela,
por estar simbólicamente situado a la cabeza de América del Sur, sin pretender
la exclusividad, tenía que jugar un papel en la formación de la elite espiritual
del continente.
Solía recibir en un
apartamento a las almas sedientas de Verdad y podía pasar horas explicando los
conceptos metafísicos más complejos de una manera extraordinariamente sencilla.
Para contestar a ciertas preguntas de sus visitantes, solía extraer de su
inmensa biblioteca los libros que contenían elementos de respuestas o símbolos
que sintetizaban el Misterio que interpelaba al invitado; una vez comprendido
el principio, solía evocar un refrán popular chistoso que expresara sencillamente
aquella complejidad. En su mesa de estudio, nunca faltaba una bebida sencilla
pero tan exquisita que parecía que los propios Dioses la habían elaborado.
Nunca faltaba una risa, ni una
atención a las inquietudes de las almas que se le acercaban. ¿Cuántos llegaban
con el dulce calor ventoso de una mañana soleada, y se iban en la fresca
oscuridad de la noche, con el Corazón lleno de Esperanza, de Fe, de Fuerza, de
un entusiasmo alegre para hacer frente a la vida cotidiana, y para empezar o
seguir en el Camino Iniciático?
Probablemente, centenares.
A pesar de eso, no quería
ser llamado "Maestro". Pretendía que él no hacía nada sino repetir lo
que sus maestros le habían enseñado. Huía del culto a la personalidad como de
la peste: "yo soy un hombre común" solía decir: "Lo importante
no es el ser humano, sino el principio que el ser humano simboliza". No le
hubiese gustado que alguien lo llamara "El Maestro de Caracas". Y sin
embargo, su talento excepcional y su extra-ordinaria capacidad pedagógica para
la enseñanza iniciática son señales inequívocas de un instructor legítimo de un
muy elevado estado de consciencia espiritual. Es la marca de un verdadero
Maestro no querer ser llamado "Maestro".
¿Qué es el "Retorno de Henoch"?
Su Obra puede ser
encontrada en el Corazón de los que lo conocieron. Dejó también una Obra
escrita de una importancia trascendental, aún si todavía, está en su mayor
parte inédita. Pudo publicar uno solo de sus manuscritos: Le Retour d'Henoch, o
la Maçonnerie qui revient (Ediciones Téletes, Francia) fue publicado en francés
en 1993; a pesar de que la redacción del manuscrito culminó en 1982, la versión
española del libro no fue publicada sino en 1994, en la Editorial Pomaire
(Caracas), bajo el título El Retorno de Henoch, o la Masonería Primigenia. Dejó
también otros seis manuscritos inéditos con numerosas enseñanzas de la más alta
espiritualidad. Dedicó su vida a anunciar "El Retorno de Henoch" y a
preparar a las nuevas generaciones para vivirlo. ¿Pero qué es lo que entendía
por "El Retorno de Henoch"?
El Retorno de Henoch es a
la vez la llegada de un nuevo ciclo cósmico, una nueva civilización, y una
nueva humanidad y al mismo tiempo, la llegada de una espiritualidad adaptada a
esa nueva humanidad. Llegada que no es sino el regreso de una espiritualidad de
tipo solar, es decir, iniciática, el regreso de las más altas posibilidades de
realización espiritual a través de la Gnosis, y finalmente, el regreso de las
verdaderas Escuelas Iniciáticas, y entre ellas, la Masonería de Tradición, como
medio que pueden utilizar las almas cualificadas para alcanzar la realización
espiritual.
El Retorno de Henoch es a
la vez un libro y un mensaje: ese mensaje no ha sido inventado por el autor.
Era bien conocido en los medios tradicionales desde muchos años. El aporte de Fermín
Vale Amesti pudiera resumirse en dos puntos principales: por un lado, él dio
una forma escrita a este mensaje, a fin de que pudiera ser divulgado –sin ceder
a la tentación de la vulgarización – fuera de los medios especializados; por
otro lado, anunció que el Retorno de Henoch ya no era una profecía a largo
plazo sino una realidad del momento.
Una nueva humanidad
Escribía Fermín Vale Amesti: "La profunda crisis espiritual que estamos viviendo en nuestro mundo de hoy, justamente en los momentos más próximos a transponer un Nuevo Ciclo; crisis que ha producido la más grande alteración de todos los valores espirituales y éticos de la humanidad; que ha exacerbado el materialismo, la subversión y la anarquía en todos los órdenes, y que va minando cada día más a la frágil y corruptible naturaleza humana, deslizándola hacia los fines inconfesables de la Gran Confabulación, sólo aspira a convertir al hombre en un simple 'robot' a fin de poder manipularlo de acuerdo con los más infames, humillantes y sucios intereses. Todo eso debe hacernos comprender que nunca como hoy, se hace imperativa una escogencia selectiva de las minorías más calificadas en el ámbito espiritual, para constituir el fermento de una Nueva Cultura y nueva Civilización, que pueda orientar y dirigir a todos los seres de buena voluntad, como minoría rectora del Nuevo Ciclo que se inicia; para que pueda vivificar todos los estratos sociales y coadyuvar en la transformación de los mejores elementos humanos que son la esperanza para el establecimiento definitivo y permanente de la Fraternidad y de la Paz sobre la Tierra. Recordemos las frases de Arnold Toynbee: 'En los momentos de crisis de cualquier civilización ciertos individuos se vuelven del mundo exterior a la vida interior de la psiquis y, descubriendo allí un nuevo rumbo de vida, regresan al mundo exterior para formar una creativa minoría que actúa como una levadura para la renovación de esa civilización. (…) Y a comenzar una nueva y maravillosa Edad en la historia de la humanidad (…)” (1). Esta nueva civilización tenía que ser más espiritual, más amplia y luminosa.
Para él, estamos ya en la
Aurora de esa nueva Humanidad: "Los dorados rayos del sol renovado que
alumbran a esta Nueva Aurora de la Humanidad, son portadores de una fuerza
espiritual bienhechora que puede ser advertida por quienes han abierto los ojos
del espíritu a la Luz Primordial Infinita del Sol Eterno Espiritual que se hará
sentir en sus Corazones, porque la gloriosa hora de la Renovación prometida
dará comienzo al Séptimo Milenio, el primer día del primer año Enochiano,
correspondiente al Solsticio de Invierno del año de 1985. Señales en el Cielo,
visibles en las Latitudes de la 'Cruz del Sur' (entre los 16 y 18 grados
Latitud Sur), las mismas señales que en su momento marcaron también el
nacimiento de Henoch: nos indicará en la víspera de Navidad ya señalada, que el
retorno de Henoch es un hecho cumplido, la 'marca' de una Renovación Espiritual
plena que constituirá el punto de partida de un Nuevo Ciclo Cósmico para toda
la Humanidad" (2).
"Es así como un viejo
ideal de la Humanidad de ayer se ha de convertir en la conducta de la nueva
humanidad de la Edad que se levantará 'desde la tumba' de la noche del pasado,
en la más grande gloria de un Nuevo Ciclo: el Retorno de Henoch (3).
El Regreso de la Tradición Iniciática…
"Henoch representa y
simboliza la Tradición Iniciática, la Escuela con su Doctrina desde la remota
Época antediluviana" (4) escribió Fermín Vale Amesti. Él pensaba también
que con el Retorno de Henoch, se tenía que desarrollar una espiritualidad que
dejara el fanatismo religioso detrás de
ella (5). Las diferentes religiones se han convertido en una "Manzana de la
Discordia", "sobre todo cuando las personas creen tenazmente que la
religión a la cual pertenecen es la única verdadera y que las demás son falsas y
carentes de sentido… El concepto estrecho de la religión enceguece de tal modo
que no permite ver o apreciar la parte de verdad que también hay en otras Religiones;
la belleza, la profundidad de sus creencias. El fanático, el mojigato y el
monomaniático religioso son los fomentadores de la DISCORDIA, los sembradores
de odios, altercados y disputas. … El conflicto, la lucha, y LA DISCORDIA entre
las diversas religiones surge
por ignorancia o desconocimiento… En el mundo desacralizado, materialista e incrédulo en que estamos
viviendo, hace falta recordar a quienes lo hayan olvidado, como a los que nunca
lo sospecharon siquiera, que somos todos, sin excepción, recipientes y
portadores del ESPÍRITU… El mundo será tan 'bueno' o tan 'malo' como cada uno de
nosotros… es imperativo renunciar al fanatismo, al odio, a la incomprensión y a
la indiferencia por las opiniones y creencias diferentes a las nuestras.
Aceptemos los valores positivos de otros conceptos distintos a los nuestros,
pero que no por ello dejan de ser valores positivos, verdades que, aunque
contradictorias se unifican en LA VERDAD TOTAL."
Él pensaba que el Retorno
de Henoch implicaba el retorno de las Escuelas iniciáticas; "El Retorno de
Henoch es el retorno de la tendencia progresiva de evolución espiritual,
polarizada en los seres humanos 'despiertos' que van a estructurar e impulsar
la renovación, la revivificación (Nashar) y enderezamiento o reparación de la
Tradición Iniciática en la Nueva Edad que comienza, a fin de que la Humanidad
pueda ser conducida en su esfuerzo ascendente, por medio de la recuperación de
una Vía Espiritual que restablezca todas las cosas en el orden natural y
restaure a su 'estado primordial' su unidad originaria. En esta reedificación
de la Tradición Esotérica, las Escuelas Iniciáticas tienen una gran tarea que realizar,
preparando a quienes reúnen las calificaciones imprescindibles, para
transmitirles la Enseñanza acerca del 'Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal',
para que mediante el trabajo personal, el Iniciado puede neutralizar el Binario
y conocer el Secreto que resuelve el enigma de la Esfinge" (6).
"Al final de los
tiempos, dice Hervé Masson, Henoch y Elías abandonarán su exilio, regresando
para brindar testimonio del Reinado de Cristo. El 'germen iniciático' que ha
sido conservado en el seno de algunas órdenes Iniciáticas, servirá de apoyo
para preparar la restauración final del reino de los justos" (7).
"El retorno de Henoch trae consigo la restauración del brillo
y esplendor de la Tradición iniciática
que la ocultación durante el ciclo de tinieblas le había despojado (Post
tenebras lux). Es el retorno a la toma
de posesión de los estados superiores del ser;
el ser que realiza en sí al Hombre Universal como punto de partida para hacer
posible la ascensión más allá de los estados condicionados" (8).
… y entre ellas, de la Masonería de
Tradición
"El Retorno de
Henoch es portador de un fluido animador que restituirá las fuerzas gastadas,
que actuará como un agente reparador y reconstituyente de lo que se usó y
declinó. Traerá la Regeneración, la revisión y la puesta a punto de todo lo
Tradicional, para un Nuevo Ciclo que va
a comenzar con la estabilización, la armonía, y la justicia, para asegurar la
Renovación (NSHR) y conservación de
los valores perennes de la Tradición; porque no hay ningún bien que en esta vida
no se torne hacia lo peor, y la corrupción de lo mejor es la peor de todas:
corruptio optimi pesima. Ese Agente Reparador ayudará en la tarea de la
transmutación de lo vil y de lo corrompido en lo noble y lo íntegro dirigido
hacia el bien. Tal es el 'espíritu' de la Masonería invisible y triunfante, la
Masonería de siempre, la Masonería que retorna."
Se dedicó a explicar, en
otro manuscrito concebido como un curso propedéutico (9) para candidatos a la
Iniciación, lo que es realmente la Masonería de tradición. "La Iluminación
que se logra con el Método Iniciático, no tiene nada que ver con los procesos
psicológicos, con las fantasías de los ocultistas y los descarríos de algunos
místicos. Se trata de la adquisición permanente y definitiva de la Gnosis, que
al permitir la conciliación de los opuestos del mundo de la dualidad, descubre
mundos inéditos y coloca al Iniciado en condiciones de ponderar los variables
aspectos de las aparentes complejidades de lo efímero, lo fugaz y lo
transitorio, tanto como valorar lo realmente eterno e inmutable. El Iniciado
REAL, el Adepto que ha realizado la Gran obra interior, es un ser RE-integrado
a sus primeras propiedades, virtudes y potencias espirituales. Es el Hombre INTEGRAL
e INTEGRADO, el Hombre SÍNTESIS, de dimensión Universal o Cósmica…
"La verdadera MISIÓN de la Masonería de Tradición, como la de
toda Escuela Iniciática de Misterios, es la de proporcionar al individuo
cualificado para ellos, las posibilidades de alcanzar el rebasamiento
prodigioso pero real de lo humano o individual, el Principio REAL, el SER
VERDADERO. ... La Vía Iniciática permite a quien la culmina con éxito,
encontrar el Camino hacia el Conocimiento Verdadero y Trascendente que está
inmanente en él y que determina la razón de
su existencia."
El Regreso de la Gnosis como medio de realización espiritual
Decía Fermín Vale Amesti
que "la efusión inagotable de las Aguas de Vida, la Gnosis Eterna que el
bello Simbolismo Astrológico representa por la Inmaculada Linfa que Ganímedes
el 'copero de los dioses', vuelca con efusiva generosidad desde el azul del
cielo, promulga el amanecer de la nueva Edad de oro" (10).
Para él, la verdadera Gnosis no podía ser explicada ni por el dogmatismo religioso ni por los eruditos y científicos, por la sencilla razón de que es imposible reducir al dominio de los conceptos racionales un asunto que pertenece por entero al dominio del Conocimiento Supra-Racional. La Gnosis es un medio, "el Camino o La Vía para alcanzar la Recuperación consciente de nuestra inherente naturaleza divina. El FIN, o el objetivo de La Gnosis es el encuentro de Dios en nosotros… La Gnosis es la identificación con la Pura Consciencia, el Conocimiento Integral que se manifiesta en el Centro del Ser… Ese Conocimiento guía el juicio y la Comprensión que embellece el Alma con el Esplendor de la Inteligencia y la viviente expresión de la Intuición Divina que sobrepasa infinitamente sus prefiguraciones en la mente, porque la Visión Espiritual del Hombre es el Puro y Real Intelecto que rige 'El Jardín del Corazón'". (11).
Unas almas cualificadas
El Iniciado de la Época
del Retorno de Henoch es un ser cualificado para la Vía Iniciática, preocupado por cambiarse a sí mismo como una manera de
cambiar al mundo, " 'Todo lo bueno se difunde' decía Platón".
"Henoch, el Maestro
de Justicia (el Gran Copto), y Revelador de la Gnosis, regresa con su Balanza
para equilibrar las Fuerzas de nuestro Universo y la armonía de los corazones.
Para que cada uno pueda matar a 'los Reyes de la Fuerza desequilibrada' en su
propia naturaleza. Es el poder de Luz Inmanente fluyendo hacia la Individualidad,
hacia el 'hombre inferior', porque el estado de equilibrio interno es la base
de la Gran Obra" (12).
"Un verdadero
Iniciado es un hombre responsable de sí mismo, de sus pensamientos y de sus
actos, viviendo siempre en estrecha comunión con la Gran Alma del Universo,
obedeciendo a la Leyes Divinas, y actuando en perfecta armonía y paz con todos
los seres en todos los planos de
existencia. Si cada ser humano se decidiera a 'encender su luz', el Mundo
destellaría como mil soles".
"Si sabemos hallar
en nosotros mismos la quietud mental, el relajamiento corporal, la temperancia,
la paz y el silencio, también serán un logro para nuestro hogar, para el barrio
para la ciudad y para el país donde vivimos. 'Un carbón solo no puede hacer
fuego. Pero cuando se junta un número suficiente de carbones, el calor latente
en cada uno de ellos puede convertirse en llama que emite luz y calor'.
Obedezcamos a esa misma ley de la Naturaleza, para que acumulando nuestras
aspiraciones espirituales y unificando nuestros esfuerzos, podamos crear un Gran Hogar común para una Nueva Humanidad que
ya ha comenzado a establecerse, con la reaparición entre los hombres del
Conocimiento Arcano, el advenimiento de la Verdad Eterna, por tantos siglos
obscurecida y en ocultación."
"En esa nueva tónica
de vida que debe ser la acción creadora de la vivencia diaria, de la Vida Iniciática
de cada uno, la tarea concreta del Iniciado es obligante e impostergable, pues
no solamente le corresponde la autoexigencia de su propio perfeccionamiento, sino
también la lucha contra las condiciones adversas de la vida, que actualmente la
hacen alienante y casi insoportable." (13).
"Acojamos con
ardoroso entusiasmo ese impulso espiritual de renovación creadora que ha
comenzado a manifestarse en el Mundo. Nunca antes como hoy está justificada la
antigua divisa: 'Quiero saber para poder servir'. Por eso fue dicho: 'Por sus
frutos los conoceréis'. Esa es la verdadera Obra de Construcción que el
esfuerzo creador del genuino Masón
puede y debe ofrecer y aportar para el progreso espiritual de la Sociedad en
que vive. Su deber es de crear, es decir, de rendir fruto de los dones o
'talentos' que ha recibido. Después de su lucha en el mundo íntimo, debe
comenzar su realización en el mundo que lo rodea; ayudando a esclarecer el pensamiento
de la Humanidad que está al borde de la demencia y amenazada por los más
terribles acontecimientos que jamás se creyeron posibles."
Reconocimiento en Francia y en Venezuela
El libro Le Retour
d'Henoch fue vendido en unos 2000 ejemplares en Francia. El famoso escritor
masónico francés, Jean-Jacques Gabut, escribía en el Diario "Le Progrès (14)", de Lyon: "Es una obra
muy personal y original que el venezolano Fermín Vale Amesti ha querido
consagrar al Retorno de Henoch
que, para él, coincide con una renovación profunda de la espiritualidad y un
renacimiento de la verdadera Gnosis. Situándose en la perspectiva de la
Masonería Tradicional, Vale Amesti aporta en este estudio, de una riqueza y de
una inteligencia admirables, una suma de conocimientos que cautivará a todos
los que saben leer con el ojo del corazón".
La revista francesa
"Le Monde Inconnu (15)" comentó: "El Retorno de Henoch de Fermín
Vale Amesti, Past Gran Maestro de la Logia de Venezuela, se cuenta ya entre las
obras más importantes que enriquecerán sin duda alguna, no sólo el patrimonio
iniciático de la Francmasonería, sino la visión del investigador apasionado por
la autenticidadad.
El escritor Philippe
Bouet, autor de Le Divin Commerce 16, menciona que El Retorno de Henoch es
"un muy buen libro… una verdadera iniciativa de regeneración de la Franc Masonería
en su función iniciática y metafísica, tradicional y escatológica, y su
espíritu es muy loable y sin ambigüedad… Son excelentes y muy numerosas las
citas bíblicas y sufíes, además de muy bien escogidas… Lo escrito por el autor
mismo es perfectamente ortodoxo y refleja honestamente la enseñanza de Rene
Guénon… Se nota también una crítica inteligente a las desviaciones 'obedienciales'…"(17).
En Venezuela, el
escritor-editor Juan Liscano, quien en vida fue un amigo personal de Jean Bies,
comentaba: "Admiro su inteligencia, su cultura simbólica y masónica (…) El
extenso y sólido libro de Fermín Vale ofrece al lector el más apasionante
recorrido por un cuerpo de enseñanzas cuyo efecto sobre el espíritu resulta
vivificador y sobre la inteligencia, renovador y liberador de la inmensa
alienación mental producida por los mass media... En un espacio como este no
cabe, ni siquiera resumir las 283 páginas de Le Retour d'Henoch, pero sí
señalar (...) la importancia de esta obra y la perspectiva de renovación
interior e intelectual que ofrece (...) Libros como el de Fermín Vale Amesti,
al refundir el gran conocimiento masónico tradicional, con su inagotable
riqueza simbológica, contribuyen a oponerse al satanismo contrainiciático tan
en boga, comercializado por videos e integrado ya en las expresiones de la
época (18).
Conclusión
En Venezuela, 7 años
después de su paso al Oriente Eterno, la Luz del Maestro de Caracas sigue
atrayendo nuevas almas hacia el Camino Iniciático. Por la claridad de sus
exposiciones, la perspectiva espiritualmente exaltante que él plantea, y por la
altura de sus puntos de vista, su Obra reúne una suma de Conocimientos
Iniciáticos de primera importancia para las jóvenes (y menos jóvenes)
generaciones. ¡Ojalá puedan otras almas del mundo hispano en búsqueda de la
Verdadera Luz aprovechar un día sus frutos espirituales, que sólo una vida
dedicada hasta el sacrificio, a la Tradición, le ha permitido producir! Sin
pretender haber sido el único, Fermín Vale Amesti fue indudablemente uno de los
seres más espirituales de la América Latina del siglo XX.
NOTAS
* Nacido en Francia, Joël Pozarnik vive
en Venezuela desde 1982. Ensayista y escritor masónico, ha publicado varios
artículos sobre temas iniciáticos en la revista "Monades" (Francia) y
"Celebrate Life" (EUA), y tiene actualmente dos libros en preparación
sobre la Masonería. Ha traducido al francés, bajo la guía de su autor Fermín
Vale Amesti, los libros El Retorno de Henoch (Editorial Pomaire, 1994), y el
manuscrito todavía inédito Las Huellas del Sendero.
1 El Retorno de Henoch, p. 244-245.
2 Idem, p. 247.
3 Idem, p. 251.
4 Idem, p. 244.
5 Manuscrito «La Manzana de la
Discordia» (inédito).
6 Idem, p. 245.
7 Idem, p. 53.
8 Idem, p. 53.
9 Manuscrito «Propedéutica Masónica»
(inédito).
10 Idem, p. 251.
11 Capítulo I, Manuscrito «La Gnosis»
(inédito).
12 Idem, p. 243.
13 Idem, p. 245.
14 Edición del 21 de mayo de 1993.
15 Número 149, 1993.
16 (El Divino Comercio), Editions
Harriet/Hélette, France, 1995.
17 Carta del 20 de Enero 2000.
18 Revista "Exceso",
Caracas, Junio 1993.
Cortesía de la revista SYMBOLOS.
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