Las cosas que dependen de la Luna - Cornelio Agrippa

LAS COSAS QUE DEPENDEN DE LA LUNA

Cornelio Agrippa


Entre los Elementos, los que dependen de la Luna son: la tierra, el agua tanto de mar como de ríos, y todo lo que es húmedo, la savia y los humores de los árboles y los animales, sobre todo los blancos, como los blancos de huevos, grasas, sudores, pituitas y superfluidades corporales. 

Entre los gustos, el salado y el insípido. Entre los metales, la plata; entre las piedras, el cristal, la marcasita plateada, y todo lo que tiene blanco y verde. Asimismo, la piedra selenita, es decir la piedra lunar transparente, blancuzca, con resplandor o color de miel, que imita el movimiento de la luna, lleva en sí su figura y cada día hace aparecer su creciente o su menguante. Y asimismo las perlas provenientes de conchas, de gotas acuosas; el cristal.y el berilo. 


Entre las plantas, las que son lunares son el selenotropion, que se vuelve hacia la luna, como el tornasol hacia el sol; y la palma que retoña una rama con cada salida de luna; el hisopo que es una especie de romero, un árbol muy pequeño y la más grande de todas las plantas, que participa de uno y otro. El olivo, que es el cordero sin mácula, o el árbol casto y puro: la hierba chinostates, que crece y decrece como la luna, a saber, en sustancia y en cantidad de hojas, y no sólo en humor y virtud o fuerza; lo que todas las plantas tienen de común de cierta manera entre ellas, con excepción de las cebollas de Marte, que solas, mientras la luna crece o mengua, disminuyen o aumentan sus fuerzas; como entre los pájaros o bestias volátiles, el oryx, ave de Saturno, es muy enemigo de la luna y el sol. Los animales lunares son los que viven con los hombres, y tienen diferentes naturalezas de amor y de odio, en lo que sobresalen, como los perros de todos los géneros. 

El camaleón es también lunar, porque cambia según la variedad del objeto que se le presenta, como la luna cambia de naturaleza, según el cambio de signo donde se encuentra. Estos animales son también lunares: las marranas, las corzas, las cabras, y toda clase de animales que observen y sigan el movimiento de la luna, como el cinocéfalo y la pantera; se dice que ésta tiene sobre su lomo una mancha parecida a la de la luna, que crece redonda y hace encorvar sus cuernos de la misma manera. Los gatos cuyos ojos se agrandan en mayor o menor medida, según los cambios de la luna; y lo que existe de semejante, como ocurre con la sangre de las menstruaciones con la que los magos efectúan muchas clases de cosas, y prodigios, o cosas monstruosas. La hiena que cambia de sexo, y que está sujeta a los peces, y a toda clase de animales, que se llaman anfibios, porque están tanto en tierra como en agua, como los castores y las nutrias, y los que comen peces. Además, los animales monstruosos, y aquellos de los que no se sabe de qué simiente nacen, como las ratas del coito y de la podredumbre de la tierra. 

Entre las aves, son lunares los gansos, los patos, los somormujos, todos los acuáticos, y los que comen peces; los que se engendran de manera "ambigua, como mosquitas y avispas, que se forman en los cadáveres de caballos; las abejas de la corrupción o podredumbre de las vacas; los musciliones, de vino echado a perder, y los escarabajos del cuerpo del asno; sobre todo, el escarabajo que lleva dos cuernos, y que se llama forma de toro, es lunar; entierra una bolita y la deja durante veintiocho días en que la luna da la vuelta del Zodíaco, y el día vigésimo noveno la desentierra y la echa al agua, y así nacen los escarabajos. Entre los peces, el gato de mar, cuyos ojos cambian con los cambios de la luna, como la tremielga, el echeneis, el cangrejo, las ostras, los mariscos y las ranas.


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