La Primera Luz - Gershom Scholem

LA PRIMERA LUZ

Gershom Scholem

"Y dijo Dios, Hágase la luz, y se hizo la luz" (Gen. I: 3)

Esta es la luz primordial que hizo Dios. Es la luz del ojo. Es la luz que Dios le mostró a Adán y, por medio de ella, él pudo ver el mundo de un extremo al otro. Esta es la luz que Dios le mostró a David y él, al contemplarla, cantó en alabanza diciendo, "Oh, cuán abundante es Tu bondad, la cual Tú has puesto al alcance de aquellos que Te temen" (Salmos 31: 20).

Esta es la luz por medio de la cual Dios le reveló a Moisés la tierra de Israel, desde Gilead hasta Dan. Previendo el advenimiento de tres generaciones pecadoras, la generación de Enos, la generación del Diluvio y la generación de la Torre de Babel, Dios los alejó del goce de la luz. Luego la devolvió a Moisés durante la época en que su madre lo escondía, durante los tres meses después de su nacimiento. Cuando Moisés fue presentado ante el faraón, Dios se la quitó y no se la devolvió hasta que, de pie en el Monte Sinaí, se dispuso a recibir la Torah.


Desde entonces Moisés la consideró suya hasta el fin de sus días y, por tanto, los israelitas no podían acercársele hasta que se pusiera un velo en el rostro (Éxodo 34: 33). "Hágase la luz, y se hizo la luz" (Gen. I:3). Sea lo que sea aquello que designa la palabra vayehi (y se hizo), esa cosa está en este mundo y en el mundo por venir.

El Rabino Isaac dijo: En la Creación, Dios irradió sobre el mundo de un extremo al otro con la luz, pero ésta fue retirada para privar de su goce a los pecadores del mundo, y quedó a buen recaudo para los justos, como está escrito, "La luz se siembra para los justos" (Salmos 97: 11); entonces, los mundos estarán en armonía y todos se unirán en uno solo; pero hasta que el mundo futuro se establezca, esta luz permanecerá guardada. Esta luz emergió de la oscuridad y se abrió paso por intercesión del Más Secreto; de igual modo, de la luz escondida, a través de algún camino secreto, se abrió paso la oscuridad del inframundo al cual la luz es inherente. Esta oscuridad inferior recibe el nombre de "noche" en el verso "Y a la oscuridad, El la llamó noche" (Gen. I: 5).


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