Glosario de términos Alquímicos y Herméticos - Robert Ambelain

GLOSARIO DE TÉRMINOS ALQUÍMICOS Y HERMÉTICOS

Robert Ambelain

Creemos útil dar en primer lugar una significación suficientemente general de los términos habitualmente usados por los autores que trataron de la Alquimia. Este pequeño glosario permitirá en el futuro, a los lectores deseosos de estudiar tanto la Alquimia material como en paralelo la Alquimia espiritual, el desciframiento de obras muy cerradas, tales como “El Libro de imágenes sin palabras” o “Mutus Liber”, “El Tratado Simbólico de la Piedra Filosofal”de J. C. Barchusen, “El Anfiteatro de la Sabiduría Eterna”, de Henry Khunrath. Y, ya familiarizados con la significación general de estas palabras un tanto abstrusas, les será más fácil abordar las obras de los alquimistas modernos, y sobretodo del más grande, Jean-Julien Champagne, alias Fulcanelli 1. En sus dos obras, “El misterio de las catedrales” y “Las Moradas Filosofales”, él aborda solamente el dominio material de la Alquimia. Pero las significaciones que damos aquí serán útilmente completadas por el aspecto práctico que él da de ella.


Afinación: Operación por la cual uno separa de un metal todo lo que le es extraño. Se practica particularmente sobre el oro y la plata.

Agua: Uno de los cuatro Elementos de los antiguos. No tiene nada en común con el agua vulgar (ver pág. 20)

Águila: Símbolo de la volatilización y también de los ácidos empleados en la Obra. Un águila devorando un león significa la volatilización del fijo por el volátil. Dos águilas que combaten tienen la misma significación.

Aire: Uno de los cuatro elementos de los Antiguos. No tiene relación con el que respiramos.

Albificación: Calcinación al blanco o al rojo.

Alludel: Aparato compuesto de vasos superpuestos y comunicándose entre ellos para efectuar una sublimación lenta.

Amalgama: Unión íntima de diversos elementos metálicos en un todo muy homogéneo y muy maleable.

Ángel: Simboliza a veces la sublimación, ascensión de un principio volátil, como en las figuras del “Viatorum spagiricum”.

Animales: En regla general, cuando uno se encuentra en presencia de la figuración de dos animales de la misma especie, pero de sexo diferente (como león y leona, perro y perra) significa el Azufre y el Mercurio preparados en vista a la Gran Obra, o también el fijo y el volátil.  El macho representa el fijo, el Azufre, la hembra representa el volátil, el Mercurio. Unidos los animales expresan la conjunción, las bodas, el casamiento. Se combaten: fijación del volátil o volatilización del fijo. Ver las figuras de Basilio Valentín en las “Doce claves de la Filosofía”2.

Los animales pueden también simbolizar los elementos: Tierra (león, toro), Aire (águila), Agua (pez, ballena), Fuego (dragón, Salamandra). Si un animal terrestre figura en una imagen hermética con un animal aéreo, significan respectivamente el fijo y el volátil.

Apolo: El sol, el Oro.


Árboles: Un árbol llevando lunas significa el pequeño magisterio, la piedra blanca. Si lleva soles, es la gran Obra, la piedra roja. Si lleva símbolos de los 7 metales, o los signos del sol, de la luna y 5 estrellas, se trata entonces de la materia única de donde nacen los metales.

Atanor: Horno de reverbero.

Azufre: Uno de los principios ocultos constitutivos de la Materia. No tiene nada en común con el cuerpo vulgar de este nombre. (ver pág. 20). Es también el símbolo del Oro, preparado para la Obra final.

Baño: Símbolo: 1) de la disolución del oro y de la plata; 2) de la purificación de estos dos metales.

Baño marino 3: Aparato dispuesto de forma tal que el vaso conteniendo la materia a tratar este bañándose en agua calentada.

Balón: Vaso de vidrio amplio y redondo destinado a recibir los productos de la destilación.

Blanco: Piedra al blanco, piedra aún imperfecta, donde todas las posibilidades de transmutación no son aún desarrolladas y obtenidas.

Bodas: ver Casamiento.

Calcinación: Reducción de los cuerpos en cal. Puede estar seca o húmeda.

Calamidad: Calor.

Caliente: Una de las cuatro cualidades elementales dentro de la Naturaleza.

Cámara: Símbolo del huevo filosófico, cuando el rey y la reina están encerrados adentro (Azufre y Mercurio).

Caos: símbolo de la unidad de la materia y, a veces, del color negro (primer estado de la obra), de la putrefacción.

Casamiento: Unión del Azufre y del Mercurio, del Fijo y del Volátil. El sacerdote que oficia representa la Sal, medio de unión entre ambos.

Cementación: Operación por la cual, por medio de polvos minerales que llamamos cementos, se purifican los metales a tal punto que solamente quede morando la muy pura sustancia metálica.

Circulación: Consiste en hacer circular los líquidos en un vaso cerrado por el efecto de un calor lento.

Circulatorio: ver a Pelícano.

Circunferencia: Unidad de la Materia, Armonía universal.

Cisne: Símbolo de la Obra en blanco, segundo estado después de la putrefacción e irisación. Esta última no figura en el ternario clásico de la Gran Obra: negro, blanco y rojo.

Cohobación: Acción de volver a poner el espíritu metálico, destilado, sobre su residuo.

Copelación: Afinamiento o control alquímico del oro y de la plata por la escorificación del plomo en una copela.

Corona: Símbolo de la realeza química, de la perfección metálica. En “La Margarita Preciosa”, los seis metales son, al principio, representados como esclavos, con la cabeza descubierta, a los pies del Rey, el Oro. Pero luego, después de su transmutación, están figurados con una corona en la cabeza. De ahí, en la Alquimia Espiritual, la frase de L.C. de Saint-Martin: “Todo hombre es su propio rey …”. Es decir, que cada hombre lleva en él la posibilidad de retorno a su “realeza” perdida, en el plano espiritual y angélico.

Crisopeya: La piedra filosofal, la Gran Obra realizada.

Cuadrado: Símbolo de los cuatro elementos.

Cucúrbita: Llamado también coucourde. Vaso en forma de zapallo, abierto arriba, que se cubre de una montera para la destilación de los vegetales y otras materias.

Cuervo: Uno de los primeros estados de la Obra: la putrefacción.

Decrepitación: Acción de calentar la sal común en un crisol para sacarle la humedad.

Deflemar: Consiste en separar el agua (o flema) contenida en los cuerpos por evaporación o destilación.

Deliquium: o delicuescencia, resolución natural de las sales en agua por una exposición en un lugar húmedo.

Destilación: Operación durante la cual se separan las partes sutiles de los cuerpos sólidos o líquidos, o también el espíritu de la materia que lo enviscaba.

Diana: ver Luna.

Digestión: Desagregación, involución o maduración de la materia obtenida exponiendo el vaso contenedor al calor del baño marino durante un tiempo conveniente.

Dragón: Un dragón mordiéndose la cola: la unidad de la materia. Un dragón en las llamas: el símbolo del fuego. Varios dragones combatiéndose: la putrefacción. Dragón sin alas: el Fijo; dragón alado: el Volátil.

Esfera: Designa la unidad de la Materia.

Espada: Símbolo del fuego.

Esqueleto: Putrefacción, la Obra en el estado del color negro. Sinónimo del Cuervo.

Estratificación: Superposición por planos alternados, de diversas materias sometidas a un fuego violento; en un crisol cerrado. La mezcla se opera entonces por fusión, pero la superposición no está dejada al azar, debe ser racional y científica.

Fénix: Símbolo del color rojo en la Obra. El huevo del Fénix es el huevo filosófico. El Fénix es también el Azufre y el Mercurio de los sabios, unidos y cónyuges al último término de la Obra.


Fijo: El Azufre metálico o perro de Corrasena.

Flores: Representan generalmente los colores sucesivos que se suceden en el curso de la Obra.

Frío: Una de las cualidades elementales en la Naturaleza.

Fuego: Uno de los cuatro Elementos de los antiguos. No tiene nada en común con el fuego vulgar.

Fuego de arena: Interposición de arena entre el fuego y el vaso conteniendo la materia a tratar.

Fuego de rueda: Primera fase de la segunda Obra, fuego dulce y lento.

Fuego secreto: Espíritu universal encerrado en el seno de las tinieblas metálicas, chispa de vida encerrada en todo lo que es el estado natural primitivo.

Fuente: Tres fuentes representan generalmente los tres principios: Azufre, Mercurio y Sal (ver también a baño). Hay todavía otros aspectos de esta palabra, que necesitarían un desarrollo demasiado largo. Uno los encontrará descriptos en las obras de Fulcanelli.

Hermafrodita: El resultado de la copulación del Azufre y del Mercurio nombrado también Rebis.

Hombre y Mujer: Azufre y Mercurio. Desnudos, designan el oro y la plata impuros. Sus bodas: conjunción del Azufre y del Mercurio. Encerrados en un sepulcro: significa estos dos principios unidos en el Huevo filosófico.

Hoz: Símbolo del fuego.

Húmedo: Una de las cuatro cualidades elementales de la Naturaleza (ver pág. 19). Júpiter: Símbolo del estaño.

León: Solo: símbolo del fijo del Azufre. Alado: el volátil, el Mercurio. El león representa también el mineral (o vitriolo verde) del cual se extraía el aceite de vitriolo (ácido sulfúrico) del cual se servían los alquimistas. El león, opuesto a tres otros animales, simboliza la tierra. Es también el símbolo de la Crisopeya.

Leona: El Volátil, el Mercurio.



Licuación: El huevo filosófico.

Lluvia: Símbolo del color blanco de la Obra o Albificación. Es además, la imagen de la condensación, en curso de realización.

Lobo: Símbolo del Antimonio.

Luna: El Volátil, el Mercurio, la Plata de los Sabios.

Lut: (zulaque, betún de estopa y cal). Enlucido hecho de materias espesas y untuosas, destinado a obturar las juntas que unen distintos vasos entre sí.

Marmolizar: Trituración de las materias sobre el mármol, con la ayuda de un pilón. Se dice también porfirizar.

Marte: El hierro, la matriz anaranjada en la Obra.

Matraz: Vaso de vidrio, redondo, ovalado o aplastado, provisto de un largo cuello, en el que se coloca la materia preparada para su digestión.

Menstruo: Aguas vegetales o minerales de propiedades disolventes. Corrosivo.

Mercurio: Uno de los principios ocultos constitutivos de la materia. No tiene nada en común con el cuerpo vulgar del mismo nombre (ver pág. 20). Es también el símbolo de la Plata preparada para la Obra final.

Montaña: Horno de los filósofos. Cima del Huevo filosófico.

Montera: Cavidad de vidrio, provista de un pico que se adapta al cuello de la cucúrbita o del urinal, para poder destilar los espíritus minerales. Capilla, alambico, capitel son casi la misma cosa.

Mortificación: Alteración de la materia por trituración o por adición de un elemento activo.

Negro: Simbolizado también por el cuervo. Imagen de la putrefacción.

Neptuno: El Agua.

Niño: Revestido de un vestido real o simplemente coronado: símbolo de la piedra filosofal, a veces de la Obra al rojo.

Orinal: Vaso similar a una cucúrbita, pero un poco más largo. Sirve a los mismos usos.

Oro de los sabios: Azufre Filosófico.

Pájaro: Elevándose en el cielo: volatilización, ascenso, sublimación. Bajando hacia el suelo: precipitación, condensación. Estas dos imágenes reunidas en una misma figura: la destilación. Pájaros opuestos a animales terrestres significan el Aire o el Volátil.

Palacio: Entrada en el Palacio cerrado: descubrimiento del agente capaz de operar la reducción del Fijo, de la reincrudación en una forma análoga a la de su primitiva sustancia. Designa también el acceso al Oro vivo, Oro de los sabios o Azufre filosófico si se trata del acceso al Palacio cerrado del rey, y designa al contrario la Plata viva, Plata de los Sabios o Mercurio filosófico si se trata de la entrada al Palacio cerrado de la reina.

Paso: Orificio.

Pelícano: Cucúrbita cerrada provista de dos manijas huecas uniendo la cabeza con el vientre. Se llama también circulatorio en razón de su función.

Perro: Símbolo del Azufre, del Oro. El perro devorado por un lobo significa la purificación del oro por el antimonio. Perro y perra significan, asociados, el fijo y el volátil.

Plata de los Sabios: Mercurio de los Filósofos.

Prima materia: Materia prima de la Obra hermética, generalmente piritas de hierro o de plomo (galena).

Proyección: Acción de someter un mineral en fusión a la acción de un polvo detergente o transmutador.

Rebis: Resultado de la amalgama entre el Oro de los sabios y el Mercurio de los sabios. Materia doble, a la vez húmeda y seca, habiendo recibido de la Naturaleza y del Arte una doble propiedad oculta exactamente equilibrada.


Recipiente: Designa aquí un balón de vidrio.

Rectificación: Última destilación para obtener un espíritu metálico extremadamente puro. A menudo, se realiza a fuego muy vivo.

Residuo: Lo que queda en el fondo del vaso después de la destilación. Sinónimo de heces, tierra muerta, tierra damnificada, capuz mortum.

Retorta: Vaso de vidrio redondo, con pico curvado hacia abajo, sirviendo para destilar las materias en el curso de la Obra.

Reverberación: Exaltación de la energía interna del espíritu metálico por la acción de un fuego violento sobre la materia conteniendo este espíritu. A veces desecación total.

Rey y Reina: ver Hombre y Mujer.

Rojo: Último estado de la Gran Obra, simboliza también el Fuego.

Rosa: Designa el color rojo, último estado de la Obra. Una rosa blanca y una rosa roja: unión del fijo y del volátil, del Azufre y del Mercurio. A veces, la rosa es el emblema del Arte Hermético entero.

Rubí Mágico: Agente energético, de una sutilidad ígnea, revestido del color y de las múltiples propiedades del fuego. También llamado Aceite de Cristo, Aceite de Cristal, es entonces simbolizada por la Lagartija heráldica o la Salamandra que vive del fuego y se engorda en él.

Rubificación: Acción de destruir el Azufre combustible, y de exteriorizar el Azufre incombustible, principio de purificación disimulado en el seno del mineral.

Sacerdote: Casando a un hombre y una mujer, o a un rey y una reina, simboliza la Sal principio.

Sal: También llamado Arsénico, uno de los tres principios misteriosos componiendo los cuerpos. No tiene nada en común con una sal vulgar cualquiera (ver pág. 20). No es otra cosa que la unión del Azufre y del Mercurio en los metales, resulta de ella. De la misma manera que de la acción del espíritu y del alma, o del alma y de su doble psíquico, se constituye el cuerpo de los seres humanos. La sal puede también ser comparada al “total” en la adición de dos factores.

Salamandra: Simboliza el Fuego: a veces, significa el color rojo, último estado de la Obra, o hasta también el color blanco que le precede. Ver también el Rubí Mágico.

Salida: Operación que consiste en separar la plata del oro por medio de la sal de nitro. Es una afinación.

Saturno: Designa el plomo. Igualmente el color negro de la Obra, en el estado de putrefacción. Sinónimo de Cuervo.

Seco: Una de las cuatro cualidades elementales en la Naturaleza.

Sepulcro: Huevo Filosófico.

Serpiente: Misma significación que para el Dragón. Tres serpientes designan los tres principios: Sal, Azufre y Mercurio. Dos serpientes sobre el Caduceo: el Azufre y el Mercurio de los Sabios. Serpiente alada: el Volátil. Sin alas: el Fijo. Serpiente crucificada: designa la fijación del volátil.

Sol: A veces el oro ordinario, preparado para la Obra, a veces designa el Azufre de los Sabios.

Sublimación: Violenta o lenta. La lenta es la mejor. La materia está puesta en vaso cerrado a largo cuello, sobre un fuego lento, de manera tal que las partes sutiles (o puras) se separen de las partes groseras (o impuras), subiendo del fondo del vaso hacia arriba.

Tierra: Uno de los cuatro Elementos de los antiguos. No tiene nada que ver con el suelo que pisamos.

Triángulo: Símbolo de los tres principios misteriosos constitutivos de los metales: Sal, Azufre y Mercurio.

Venus: designa el cobre.

Volátil: Imagen del Mercurio. Lo que puede ser separado de los elementos fijos.

Volatilización: Acción de transformar un cuerpo sólido en gas o en calor. Separación de los elementos volátiles de los elementos fijos.

Vulcano: Símbolo del fuego ordinario.

Hemos resumido aquí algunos de los términos esparcidos en un cierto número de obras tratando de Alquimia. Particularmente, hemos seguido las significaciones dadas por el extrañado Albert Poisson, en su libro “Teorías y símbolos”, y por el investigador erudito que fue Jean Maveric, en su libro “El arte metálico de los antiguos”. Cuando el sujeto valía la pena, recurrimos a dos obras de Fulcanelli: “El Misterio de las Catedrales” y “Las Moradas Filosofales”, a los “Cinco libros, de Nicolás Valois, etc.

NOTAS

      1.       Poseemos un importante informe, resultado de una paciente encuesta llevada a cabo por nosotros mismos alrededor de 1935-37, sobre la verdadera personalidad de Fulcanelli. Este informe contiene, con los recuerdos de los que trabajaron con él desde 1907, con los que fueron sus colaboradores en el curso de su ardiente vida de adepto, fotografías y documentos que demuestran, sin duda alguna, que Fulcanelli y Jean-Julien Champagne fueron un solo y mismo personaje! Sobre esta identidad, no tememos ninguna contradicción, y poseemos además la fotografía de una dedicatoria esencial que hace de ella una prueba absoluta.

     2.      Basileo Valentín: “Las Doce llaves de la Filosofía”. M. E. Canseliet, uno de los propios discípulos de Fulcanelli acaba de publicar, en las ediciones Campos Elíseos, una traducción erudita y excelente de esta obra esencial, donde puso toda su ciencia alquímica.


      3.      La Alquimia no emplea la expresión Baño-maría

Comentarios