Apercepciones Iniciáticas sobre "El Cuadrado y el Círculo" - Edwin Arellano

APERCEPCIONES INICIATICAS SOBRE “EL CUADRADO Y EL CÍRCULO”

Edwin Arellano

Todas las reglas tradicionales que tienen que ver con la reconstrucción del Adam Qadmon o el Hombre Universal, proceden de un modelo cósmico, del Orden Sagrado del Universo, Creación, que es Obra de la Inteligencia Perfecta del G:. A:. D:. U:. De allí parte el Simbolismo Constructivo de la Masonería de Tradición, es decir, la Masonería Iniciática, cuyo objetivo primordial es la Construcción del Templo. No hecho con las manos. Recordemos que el Simbolismo expresa ideas arquetípicas en envolturas existenciales; [1] de hecho, constituye un lenguaje sin palabras, que oculta y revela al mismo tiempo. La validez espiritual de las formas, depende de la tradición que la trasmite y que garantiza que las funciones del Espíritu Universal, operen a través del Arte humano que las proyecta y las convierte en objetivas, siempre acorde con el ritmo cósmico y la fiel observancia de los principios que la fundamentan.



El Círculo es el signo de la unidad principal; Simboliza la actividad del cielo y su inserción dinámica en el Cosmos. El movimiento Circular es perfecto, inmutable, sin variaciones, lo cual lo habilita como símbolo de Tiempo: una sucesión continua e invariable de instantes, todos idénticos entre sí. El Círculo es un punto extendido, el desarrollo del punto central y su manifestación; caracteriza la tendencia expansiva, reflejando la Copa o proyección de la Esfera que expresa el soplo de la divinidad, sin comienzo y sin fin. La Esfera es el Círculo en el orden de los volúmenes, le da relieve y tercera dimensión a sus significaciones; Simboliza la perfección y la totalidad.

El Cuadrado es el símbolo de la tierra, por oposición al cielo; pero en otro sentido, es también el símbolo del Universo Creado; es la antítesis de lo trascendente, implica una idea de solidificación, de estabilización de la perfección. El Cubo tiene en el orden de los volúmenes, la misma significación que el Cuadrado en el orden de las superficies. Simboliza el Mundo Material y el conjunto de los Cuatro Elementos. Por su solidez es el símbolo de la estabilidad; Unido a la Esfera, simboliza la totalidad terrestre y celeste, finita e infinita, creada e increada, lo de abajo y lo de arriba.

Escudriñando algunas antiguas tradiciones, para los cabalistas el Uno, representa un germen, un principio, un origen. Sin embargo, toda manifestación le es imposible mientras está solo. Sin el Dos, la manifestación o el comienzo de la germinación es imposible.[2] En la tradición Taoísta, la Gran Triada está formada por dos términos complementarios y por un tercer término que es el producto de la unión de los dos primeros; es decir, de su acción y reacción reciprocas. Éste ternario está formado por los términos TIEN-TI-JEN (Cielo, Tierra, Hombre). [3] El Cuatro, como número de la Perfección Divina, es el desarrollo completo de la manifestación; Número del Cuadrado. En la Qabbalah, la forma Cubica corresponde a la Sefirah Yesod, que es El Fundamento. La Esfera y el Cubo son dos formas externas entre las cuales existe una relación en la cual, lo que está interior y central en la Esfera, se encuentra de alguna manera vuelto para constituir la superficie o la exterioridad del Cubo. En la Geometría Plana, se tiene manifiestamente una relación similar, al considerar los lados del Cuadrado como paralelos a dos diámetros rectangulares del Círculo; y el Simbolismo de esta relación, está a su vez con lo que en la Tradición Hermética se designa como la Cuadratura del Círculo. El número Cinco o Péntada, representa la armonía y la belleza en el cuerpo humano, emblema del microcosmos, proyección de la década o macrocosmos en el plano material. La Péntada nos lleva al Pentágono, representación del quinario en su estado estático y a la Pentalfa (estrella de cinco puntas), representación del quinario en su estado dinámico.


 

La Péntada por estar compuesta por el primer número par femenino (2), y por el primer número impar masculino (3), es el ejemplo de la perfección integrada: El Rebis o Andrógino Hermético; Cifra de la Hierogamia del principio Celeste (3), con el principio Terrestre (2). Representa el Centro de la Cruz de los Cuatro elementos (el cuaternario de la materia), regidos por la Quintaesencia o el éter (El Mercurio filosófico) que le dará inteligencia a la vida orgánica. El Cinco es el símbolo del hombre Iniciado, 5 = 4 + 1, cuatro extremidades dominadas por la cabeza, (Pentalfa), un foco de expansión de la Luz y de la Conciencia, que abre las puertas al conocimiento, la voluntad consiente[4]. Fue el símbolo geométrico de la orden Pitagórica (numero de la felicidad, del matrimonio, vinculo de todo…), también su signo de pase. Según esta orden, diez es el número del mundo, al igual que la Péntada, símbolo del Cosmos. La década repite en geometría la simetría pentagonal. La invención de la palabra Cosmos es atribuida a Pitágoras, para designar la idea de un universo ordenado por números. La Proyección tridimensional del pentágono regular es el dodecaedro, que matemáticamente se descompone en doce pirámides de base pentagonal, cuyos vértices se unen en el centro (doce caras pentagonales). El erizo de mar, basado en el dodecaedro, (al menos en su forma), es un animal perfecto. Es la imagen del cielo. [5]

La creación de formas mediante la utilización de la Geometría y los Números, recuerdan los arquetipos reflejados por los Símbolos, siendo un Lenguaje del Intelecto, una Hermenéutica Espiritual, mediante la cual es posible pasar del Mundo de lo Sensible, al Mundo de lo Inteligible.

«El Número es la Imagen Espiritual resultante de la Unidad en el Alma humana».[6]

Ahora bien, volviendo a la relación entre el Círculo y el Cuadrado, sus significados pueden variar según los niveles de referencia: Si el Círculo es tomado como el símbolo de la Unidad Indivisa del Principio, el Cuadrado expresará su determinación primera e inmutable, la Ley o la Norma Universal; y en éste caso, el Círculo indicará una realidad superior a la que sugiere el Cuadrado. Igualmente, si se relaciona el Círculo al Cielo, del cual él traza el movimiento, y el Cuadrado a la Tierra, de la cual él concreta el estado sólido y relativamente inerte, desde luego el Círculo será al Cuadrado lo que lo activo es a lo pasivo, o lo que la vida al cuerpo, porque es el Cielo quien engendra activamente. Mientras que la Tierra concibe y pare pasivamente.

Sin embargo, se puede también concebir una jerarquía Universal: si se considera el Cuadrado en su significación Metafísica, como símbolo de la Inmutabilidad de los Principios que ella contiene y resuelve en ella, todas las antinomias cósmicas; o si al contrario, se relaciona al Círculo con su modelo cósmico, que es el movimiento indefinido, entonces el Cuadrado expresará una realidad superior a la que representa el Círculo, tal como la naturaleza permanente e inmutable del Principio, trasciende la actividad celeste o la casualidad cósmica, relativamente exterior al Principio mismo.

En las enseñanzas esotéricas de los Vêdânta, el dinamismo pertenece a la Substancia Pasiva (La Shakti), y la Esencia Activa permanece inmóvil. La Shakti es la energía en movimiento, el motor primero de la Creación. Shiva «permanece inerte como un cadáver»; es la energía Estática. La experiencia de la unión (Hierogámia) de Shiva y Shakti produce «La Beatitud Inefable» (Ananda). La unión de estos dos aspectos representa el dualismo Positivo-Negativo, da nacimiento a la Creación. Analógicamente, la unión de los Principios antinómicos en la práctica del Asana Tántrico, el acoplamiento (Maithuna), es el símbolo de la Unión Trascendente con la Pareja, con miras a lograr la realización de un designio espiritual. La Unión del Cielo con la Tierra es un símbolo de la Presencia Divina del Mundo, al mismo tiempo que una imagen de la existencia bruta factible de transfiguración. Estos dos aspectos, por lo demás, están indisolublemente ligados el uno al otro: sin el sello que, el Espíritu Divino le imprime a la materia, ésta no tendría forma inteligible; y sin la materia que reciba el sello Divino y lo delimite, ninguna manifestación es posible. La transformación del Caos en Cosmos, el Fiat Lux es el proceso de imprimación espiritual de la materia.

La Cuadratura del Círculo nos enseña a que estamos aquí y ahora, en un mundo donde impera la Dualidad y se manifiesta de las más diversas formas y maneras. Es trabajo del Iniciado en Reconciliar y Trascender el Par de Opuestos; El proceso de esa liberación es el eterno conflicto entre las dos naturalezas del hombre, hasta lograr elevarse a un estado superior. (La Gran Obra.)

Retomando el tema de las variables en la significación del Cuadrado y el Círculo, tenemos que la forma del medio terrestre está totalizada por el Círculo, que corresponde al Horizonte y por consecuencia a la forma del Cielo visible. En cambio, la naturaleza del Cielo está simbolizada por el Cuadrado, porque la Ley del Cielo se expresa lo más directamente cuaternario del ciclo celeste; ritmo que a su vez se fija espacialmente bajo la forma del Cuadrado. Se trata, pues, de una Analogía inversa: la inmutabilidad del Cielo, que trasciende las formas, se refleja a través del ritmo temporal en una forma definitivamente cristalizada, mientras que la naturaleza limitada de la Tierra, sujeta al cambio, se integra en la forma aparentemente del Cielo, es decir, en la forma del movimiento cíclico. La Tierra puede ser concebida como Redonda, según su forma propia, o como Cuadrado, según la figura ordenada por la Ley del Mundo Celeste. La Arquitectura Sagrada está fundamentada en la Ciencia de las Formas, es decir, en el Simbolismo inherente a las formas. Ésta transpone en forma permanente lo que en el Universo se encuentra en incesante movimiento. En el Cosmos, el Tiempo, domina sobre el Espacio; en la construcción de un Templo, por el contrario, el Tiempo es en alguna forma trasmutado en el Espacio. Todo edificio Sagrado construido según las reglas del Arte, reproduce las estructuras del Mundo a través de las cuales Dios manifiesta sus perfecciones invisibles. Toda construcción de un edificio Sagrado es la reproducción simbólica de una Cosmogénesis, por medio de la cual el hombre imita a Dios creando el Mundo. En todas las Cosmogonías, la creación se efectúa a partir de un Centro…

Ahora comúnmente, en la mayoría de las Tradiciones, los edificios constituidos por una base Cuadrada, están coronados por un Domo o por una Cúpula Hemisférica. De nuevo, Las formas Cuadradas o Cubicas se refieren a la Tierra y las formas Circulares o Esféricas al Cielo; es decir, el Mundo Terrestre y el Mundo Celeste. Ahora bien, si el edificio intenta representar la realización de un modelo Cósmico, evidentemente, si el conjunto se limita a solo dos partes, la estructura estaría incompleta, ya que la superposición de los Tres Mundos no está propia y cabalmente simbolizada: faltaría el Mundo Intermedio, representado por el elemento correspondiente. El Domo o la Bóveda Circular no puede reposar directamente sobre la base Cuadrada; para permitir el paso del uno al otro, hace falta una forma de transición, que sea en cierto modo, intermedia entre el Cuadrado y el Círculo. Esa forma es la del Octógono, ya que dicha forma está más próxima al Círculo que al Cuadrado, desde el punto de vista geométrico, pues un polígono regular se acerca tanto más al Círculo, cuanto mayor es el número de sus lados. [7] En pocas palabras, el conjunto de Mundos Manifestados se expresa de la siguiente manera: El Cuadrado (Tierra) representa el Estado Corporal, el Octógono simboliza el Estado Sutil y la Cúpula (Cielo) el Estado Supra Formal.

Mucho antes que existiera la brújula, los antiguos usaban el Gnomon, que era un instrumento compuesto por una especie de pequeño obelisco coronado por una bola. Era utilizado para medir, según la sombra móvil proyectada que permitía conocer la disminución progresiva de la oblicuidad de la Eclíptica, observar los Equinoccios y los Solsticios, y seguir el curso de los astros. Para ello, los antiguos constructores utilizaban la cuerda, la plomada, la escuadra y el compás. El Cuadrante del Gnomon, se forma en sobre posición de una Cruz Equilátera Griega, sobre una Cruz de San Andrés, ambas contenidas sobre un Cuadrado, resultando una figura de ocho rayos circunscrita por un Cuadrado:

Está figura de ocho rayos circunscrita por un Cuadrado, viene a ser un Omphalos como símbolo de Centro, es la imagen de la coincidencia de los opuestos. El Omphalos o Centro es el lugar de condensación y de coexistencia de las fuerzas opuestas, donde se reúnen, como en su principio, todos los procesos de retorno y de convergencia en la búsqueda de la Unidad.

El esquema fundamental para la edificación de un Templo, resulta de un proceso de orientación que constituye un rito, porque liga la forma del Santuario a la del Universo, que es aquí la expresión de la Norma Divina. En la India, según el Manasara Shilpa-Shastra: Se erige un pilar y se traza un Círculo a su alrededor a manera de Gnomon; la sombra del pilar, proyectada sobre el Círculo, indicará por sus posiciones extremas de la mañana y de la tarde, dos puntos unidos por el eje Este-Oeste.


Alrededor de estos mismos puntos se trazará en seguida, por medio de un Compás o de una Cuerda, dos Círculos gemelos, entrecortándose bajo la forma del Pez, que marcara el eje Norte-Sur.

Otros Círculos centrales sobre cuatro puntos de los ejes obtenidos, permitirán fijar, por sus intersecciones, los cuatro ángulos de un Cuadrado; éste se presenta así como la Cuadratura del Ciclo Solar, de la cual el Círculo de Gnomon, es la imagen directa.


Así mismo, Vitruvio, el famoso arquitecto romano del siglo I, A. C., describe como los romanos establecían el Cardo y el Decumanus de sus ciudades. Cardo es la avenida Norte-Sur del Cuadrado o esquema simple de la Ciudad. El Decumanus es la línea transversal Este-Oeste. Ambas líneas forman una Encrucijada o Cruce de Caminos. La Orientación era determinada por un procedimiento empírico sumamente simple. Se procedía a mediodía, porque es el momento cuando el largo de la sombra alcanzada por la estaca o pilar erigido en el centro, pasa por un mínimo; ella indica entonces la dirección Norte-Sur. Para obtener el Cardo, era suficiente señalar sobre el suelo en ese preciso instante, la línea de sombra proyectada por el cuerpo del Augur o del Flamine o Sacerdote, colocado de pie, espaldas al Sol. Extendía entonces horizontalmente sus brazos. Una envergadura de una braza, corresponde a un largo de diez manos; de allí el nombre de Decumanus. La nueva sombra proyectada daba la dirección de la Decumane. Al centro de la Encrucijada se erigía el Altar. Se construía seguidamente el Cerco o Recinto. La palabra latina Cardo significa Gozne, y subraya que éste proceso apunta a situar el campo, y su Altar sobre el eje de rotación del Mundo, al Centro del Universo. [8]

La verdadera Maestría de la Cuadratura del Círculo, consiste en la participación Consciente en la Realización, que debe ser la aspiración por excelencia, de todos los que intentan transitar hacia la gran Obra Cósmica.

NOTAS 




[1] Eliade, Mircea (s/f). El Mito del Eterno Retorno, Alianza Editorial/Emecé. Cap. 1

[2] Vale Ámesti, Fermín (s/f). Las Dos Columnas, Serie Temas Masónicos. Pág. 2

[3] Guenón, René (2004). La Gran Triada. Cap. I

[4] Su simbolismo en el que esta fielmente representado es el hombre Vitrubio de Leonardo Da Vinci.

[5] Micô, Gonzalo (2002). La Idea de Armonía. Pág. 8. Cita de Salvador Dalí

[6] Vale Ámesti, Fermín (1999). Paralelismos y Concordancias entre la Masonería y la Qabbalah, Serie Temas Masónicos. Pág. 26.

[7] Guenón, René (1995). Símbolos Fundamentales de las Ciencias Sagradas. Cap. XLII.

[8] Vale Ámesti, Fermín (s/f). Los Símbolos Fundamentales de la Arquitectura Sagrada, Serie Temas Masónicos. Pág. 16-20


Comentarios