El tronco fundamental de la Masonería - Jorge Francisco Ferro

EL TRONCO FUNDAMENTAL DE LA MASONERÍA

Jorge Francisco Ferro

Entrevistador-  ¿Es posible saber cuál es el tronco fundamental de la Masonería?, ¿Sus orígenes y por ende su designio para los tiempos que nos ha tocado vivir?

Jorge Francisco Ferro- La cuestión de la Masonería -y el mismo René Guenón lo dice- es muy compleja, ¿por qué? Porque como Guenón siempre lo dijo, la Masonería es un poco el vaso, el receptáculo, el arca de todas las tradiciones Occidentales que van desde tradiciones meramente obreras y constructivas muy diversas, hasta iniciaciones de  tipo  guerreras-caballerescas  con  vestigios  de  iniciaciones sacerdotales, pitagóricas y herméticas. Da la impresión de que la Masonería fue un poco el receptáculo de todas las filiaciones iniciáticas que, por el devenir de  los  ciclos,  iban  heredando  a  otras  nuevas organizaciones  nacientes  en tierras occidentales. 

          Guenón menciona cómo fue este procedimiento: cuando alguna Orden estaba a punto de desaparecer por muerte de sus miembros o porque estaban sometidas a persecuciones o debido a catástrofes naturales o, probablemente y lo más común, por falta de candidatos aptos, sea lo que sea, se debía hacer una especie de resumen simbólico de lo que era realmente lo más importante y propio de esa Orden para entregarlo; como una suerte de herencia iniciática, pasando a trabajar adyacentemente o por encima de alguna logia masónica pre-existente. Es decir, que si vamos a ver el tronco de la Masonería, en realidad, parecería que es una especie de cordón trenzado que tiene variadísimos hilos unidos en una sola cuerda o cadena. Es una especie de entretejido o tramado de muy diversas organizaciones cuyas doctrinas pueden ser tanto herméticas en el sentido estricto del caso -o sea cosmológicas- o como propias de una casta que podríamos llamar o denominar sacerdotal. Trataremos de mencionar algunas.



          En lo que se refiere a lo estrictamente masónico y constructivo hubo, a lo  largo  de  la  Edad  Media,  distintos  tipos  de  Masonería  de  diversas orientaciones, por consiguiente la leyenda iniciática de la Masonería Occidental alude a la construcción del Templo de Salomón. Eso podría ser una primera oleada  de  iniciados  que  fueron  del  Cercano  Oriente  a  Europa  porque, efectivamente, se ha comprobado que después de la construcción del Templo hubo una emigración en masa de trabajadores: muchos de ellos emigraron a otras tierras y sobrevivieron enseñando el arte de la construcción. Sabemos que antes del Cristianismo, en Roma, existían los Collegia Fabrorum. Digamos que las construcciones del Imperio estaban en manos de estos colegios; de hecho, el Papa posee el título masónico de “Sumo Pontífice” (de la Orden de los  constructores  de  puentes), la  cual  fue  una  Orden  del  Imperio  Romano encargada de construir  “puentes” y tender vías de comunicación. Todo esto pasará, entonces, a la Iglesia Católica. O sea, a lo que Guenón hace mención es a la extrema complejidad de la trama de transmisiones. Y no hablemos de organizaciones caballerescas que durante y después de las cruzadas, sobre todo las de origen templario, se refugian en logias masónicas. ¿Por qué? Porque primeramente los Templarios protegieron a sus constructores y porque los necesitaban, es decir, toda orden de  caballería  tenía  sus  propias  logias  de  constructores  que  trazaban  sus carreteras, erigían sus fuertes, sus capillas y castillos. Cuando, en el caso de los  Templarios,  la  situación  se  invierte  y  su  Orden  es  destruida,  muchos albañiles o sea constructores templarios, se refugiaron en las logias masónicas junto con muchos otros caballeros. Parece ser que este sería el principio y el origen de los después llamados Altos Grados masónicos. En realidad, se trata de  los  Altos  grados  escoceses,  el  nombre  completo  es  así  “Altos  grados Escoceses” y se refieren a Escocia porque este país fue el lugar de refugio para los Templarios. Esta es otra línea que   desembocará   también en el tronco general de la Masonería.

          Tenemos después a las organizaciones de tipo hermético-alquímico-caballeresco,  como  la  línea  de  Dante  Alighieri,  es  decir,  de  los “Fedelid’Amore”; que es otra transmisión templarista y que posteriormente también se integrará  en  la  Masonería.  Guenón  menciona  particularmente  dos  grados masónicos relacionados directamente con los Fedeli d’Amore: el Kadosch o Caballero  Kadosch,  grado 30  del  Rito  Escocés  Antiguo  y  Aceptado  y anteriormente  otro  número  en  diversas  Obediencias,  ya  que  no  solamente figura en ese Rito, así como el Príncipe de la Merced o Escocés Trinitario, ambos grados son  una herencia directa de los Fedeli d’Amore.Recordemos el proceso que mencionaba Guenón por medio del cual se concentra, como en una especie de resumen, toda la herencia iniciática de una Orden. Digamos que siete grados se fundían en uno solo, con la mayoría o todos los símbolos fundamentales de esa Orden. Luego ese grado se transmite y  pervive  en  otra  organización,  siempre  de  nivel  inferior  y  siempre  más “rústica”, como una especie de herencia para un posible despliegue futuro. Esta es la forma en que se ha constituido lo que puede denominarse el viejo tronco de la Masonería. 

          Como ya lo hemos dicho, esta es una cuestión muy compleja. También hay que decir que, en última instancia, todas esas organizaciones  legaron  su  filiación  a  la  Masonería,  por  ello  la  filiación masónica,  tanto  la  operativa  como  la  especulativa,  es  una  sola.  Las “diferencias” están patentes en los diversos rituales, en el abandono doctrinario de ciertos estudios y en la simplificación de otros, así como en la introducción de ciertas políticas e ideologías profanas. Todo esto ha ido debilitando el tronco principal de la Masonería lo cual no quiere decir que, como lo expresamos antes, el tronco principal no esté formado por un entrelazamiento de líneas ortodoxas, aunque algunas de ellas se hayan debilitado y otras no.


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