FILOSOFÍA PERENNE
Federico González Frías
(Programa Agartha)
Algunas
personas cuya formación es exclusivamente profana tal vez pudieran sorprenderse
de la existencia de una 'Filosofía Perenne', o sea de una serie ordenada de
conocimientos interrelacionados, de una doctrina (jamás de un dogma), capaz de
explicar a los hombres su propia naturaleza y la del mundo en que viven. Desde
luego que esta 'panacea' universal, que diese respuesta a todas las preguntas,
calmase las angustias del mundo moderno y suprimiera el sufrimiento provocado
por la ignorancia, no podría ser una creación individual (ni mucho menos
'colectiva') sino que es la expresión de una revelación espiritual directa,
lograda por distintas personas en diversos lugares, que reviste diferentes
formas propias y que, por sobre todo, se halla presente en la entraña misma del
ser humano y del cosmos que éste habita.
Por
lo tanto, la revelación de estos conocimientos arquetípicos no es sólo
horizontal e histórica, sino fundamentalmente vertical y eterna, como son las
'ideas', principios que conforman el mundo y que se manifiestan mediante leyes
universales que han sido conocidas de modo unánime por las distintas
tradiciones que han conformado la Historia de la humanidad a lo largo y a lo
ancho de su Geografía. Esta simple observación, que cualquier lector armado de
buena voluntad puede constatar personalmente, supone la idea de un modelo
universal, de un juego de estructuras inmutables, visibles e invisibles, sin
las cuales el mundo y el hombre no serían. De allí la importancia de conocer la
cosmogonía como expresión simbólica de la Inteligencia Universal, energía
subyacente a cualquier manifestación, tal y como sucede con el pensamiento, que
antecede a la palabra. En efecto, este juego de estructuras esenciales se
expresa simbólicamente, y es por medio de esas simbólicas y sus analogías y
equivalencias como podemos entender la realidad última del cosmos y su
instancia final: su naturaleza increada y sin embargo siempre actuante. Es este
legado heredado de las grandes tradiciones de la antigüedad una auténtica
cosmogonía arquetípica que, como tal, se corresponde con las distintas
simbólicas arcaicas, mediante las que se expresa, reactualizando de este modo
la realidad del mundo actual, el que aun huérfano de todo conocimiento
verdadero sigue constituyendo una auténtica teofanía para todos aquellos que
son capaces de comprenderlo.
De
más está decir entonces que dedicarse al estudio de las disciplinas
tradicionales y efectuar sus prácticas con el objeto de despertar las potencias
dormidas del alma, constituye un método apropiado para el Conocimiento.
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