La Orden Masónica es una Escuela de Misterios Menores - Fermín Vale Amesi

LA ORDEN MASÓNICA ES UNA ESCUELA DE MISTERIOS MENORES

Fermín Vale Amesti

La Orden Masónica es una Escuela de Misterios Menores. Se entiende por Misterio, la transmisión regular y ortodoxa de una Tradición Iniciática que comienza por el acto de la vinculación a la Gran Cadena Iniciática milenaria e ininterrumpida desde los tiempos primordiales hasta nuestros días. Dicha vinculación se efectúa mediante la puesta en acción de lo que se conoce como Rito de Iniciación, que es el que en efecto otorga al aspirante, el Fiat Creador que lo convierte en un Iniciado virtual o simbólico.

Para que el Iniciado virtual pueda alcanzar la Iniciación Real y efectiva, se requiere que además de la Iniciación ritualística-simbólica, se le trasmita de labios a oído, la técnica operativa o Ascesis Interior, que habrá de permitirle acceder al verdadero conocimiento de la letra “G”: un conocimiento directo, no aprendido; es decir, una Gnosis, por medio de la cual, el hombre natural se trasciende a sí mismo, abriéndose cognoscitivamente a su aspecto original o primordial. Tal proceso interior es el que lo convierte en un verdadero y Real


      Iniciado, en un “nacido de nuevo” (neo-fito); proceso que en el orden de la realización práctica (operativa) se denomina “pasar de la escuadra al compás”, del cuadrado al círculo (cujus centrum est ubique, et circumferentia nusquam: cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna).

La Iniciación Masónica Tradicional (secundum régula) constituye el comienzo o inicio de la VIA, que con su enseñanza y aplicación, permite al iniciado desembarazarse de su carácter salvaje y corresponde a la etapa de catarsis o purificación, que lo califica para la realización plena de la Iniciación Real o Regia (miesis), la que conduce a la maestría consciente de los impulsos de la naturaleza inferior del alma humana, al mismo tiempo que estimula el deseo y propósito de perfeccionamiento espiritual (teleiosis), mediante lo cual, el “hombre viejo” se convierte en el “hombre nuevo”.

Calimaco, refiriéndose a los Misterios griegos, y dirigiéndose a la diosa Artemisa le dice. “Tu le quitas el Thümus salvaje; tu le quitas lo que tiene de salvaje en la fuerza de su corazón”. Al respecto, Epicteto decía lo siguiente: “Todos estos Misterios han sido establecidos por los antiguos para regular la vida de los hombre y alejar el desorden”.

Se trata por lo tanto, de un conocimiento liberador y de perfeccionamiento. “El conocimiento consiste en pasar de lo desconocido a lo conocido. Si el conocimiento no te eleva, mejor será la ignorancia de un tal conocimiento”. Así se expresaba el poeta sufí Shams Ad-Din de Tabriz (Cf. “DIWAN”). René Guenón por su parte enfatiza: “La enseñanza que no despierta en quien la ha recibido, una resonancia personal, no puede procurar ninguna clase de conocimiento”.

Resumiendo el tema, se puede decir que la enseñanza iniciática que transmite la masonería tradicional es dual; es decir, corresponde al estudio de la theoria y la puesta en obra de la praxis de los Misterios masónicos. Para el Iniciado, misterio (derivado de la palabra griega müsterion) es aquello que sólo puede ser percibido o intuido en el silencio interior. De allí la expresión simbólica de las palabras iniciales del Venerable Maestro “QQ:.HH:. ¡Silencio y en Logia!".

Se trata mediante el silencio del hombre externo, de permitir el acceso al hombre interior, y de ese modo alcanzar un conocimiento vivencial, directo, no aprendido, es decir: una Gnosis. Por medio de la Gnosis, el Iniciado percibe el Misterio. Quien lo percibe en su “logia íntima” conoce la verdad: la realidad. El conocimiento de la verdad, de lo real, libera al hombre de la esclavitud de la ignorancia. Ese conocimiento le permite encontrar con certeza la respuesta a la pregunta: ¿Quién soy yo?

Tal es el proceso que mediante el estudio y la práctica del Arte Real o Ars Structoria, le permite al Iniciado en los Misterios, llevar a feliz término su objetivo: la “construcción del Templo Interior”, no hecho con las manos…

Construcción que es una imagen simbólica de la transformación que debe operarse en el masón operativo. Es el invalorable logro íntimo que habrá de manifestarse en la adquisición de ciertos dones o cualidades espirituales, y en la voluntaria y consciente práctica de las vir-tudes (derivado del latín virtus: valor, energía, mérito y consciente perfección). Las simbólicas frases rituales, intercambiadas entre el Venerable Maestro de una Logia y el H:. Visitante, o el mismo afiliado que llega a posteriori… son por demás elocuentes.


  • Ven:.M:. - ¿De dónde venís, Hermano?
  • H:.Visi:. – De la Logia de San Juan, Venerable Maestro.
  • Ven:.M:. - ¿Qué se hace en la Logia de San Juan?
  • H:.Visi:. – Se elevan templos a la virtud y se cavan calabozos a los vicios.
  • Ven:.M:. - ¿Qué venís a hacer aquí?
  • H:.Visi:. - A vencer mis pasiones, someter mi voluntad y hacer nuevos progresos en la masonería.
  • Ven:.M:. - ¿Qué entendéis por masonería?
  • H:.Visi:. - Entiendo el estudio de las ciencias y la práctica de las virtudes.

        Extracto de la obra no publicada: "El Aporte Social de la Masonería".

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