EL ESTADO DE “ERRABUNDEZ”
René Guenón
El estado
de "errabundez", si podemos decirlo así, o sea de migración, es
entonces, de manera general, un estado de "prueba" y, aquí también,
podemos señalar que, en efecto, éste es precisamente el carácter que reviste en
organizaciones como el Compañerazgo. Además, lo que bajo este aspecto resulta
válido para los individuos puede serlo también, al menos en ciertos casos, para
algunos pueblos considerados colectivamente: un ejemplo muy claro es el de los
Judíos, que vagaron durante cuarenta años por el desierto antes de alcanzar la
Tierra prometida. Pero aquí conviene hacer una distinción, puesto que dicho
estado, esencialmente transitorio, no debe ser confundido con el estado nómada
que es normal en ciertos pueblos: aún habiendo arribado a la Tierra prometida
–y hasta los tiempos de David y de Salomón– los Judíos fueron un pueblo nómada,
pero, evidentemente, este nomadismo no reunía las mismas condiciones que su
peregrinación en el desierto.
Es posible considerar, además, un tercer caso de
"errabundez", que podemos designar con mayor propiedad con la palabra
"tribulación": es el caso de los Judíos después de la dispersión y
asimismo, según todo parece indicarlo, también el de los Gitanos; pero esto
último nos llevaría demasiado lejos y diremos solamente que también este caso
es aplicable tanto a las colectividades como a los individuos. Estas
observaciones bastan para comprender el grado de complejidad que presentan
estas cosas, y cuántas distinciones es
posible establecer entre quienes exteriormente se presentan bajo las mismas
apariencias confundidos con los peregrinos en el sentido ordinario de la
palabra, tanto más cuando que aún nos queda por agregar esto: a veces sucede
que algunos iniciados, ya arribados a la meta, algunos "adeptos"
inclusive, vuelvan a tomar, por motivos especiales, la apariencia antedicha de
"viajeros".
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