Breves comentarios sobre la Orden de los Élus Cohen y su fundador Martinez de Pasqually - Ignacio Sánchez L.
BREVES COMENTARIOS SOBRE LA ORDEN DE LOS ÉLUS COHEN Y
SU FUNDADOR MARTINEZ DE PASQUALLY
Ignacio Sánchez L.
INTRODUCCION
Es muy difícil calcular el
invaluable aporte que el Maestro Martínez de Pasqually dio a la Masonería en
Occidente, tanto para la rama francesa como para la rama inglesa.
Martínez de Pasqually forma parte de
una pequeña cadena de maestros hábiles o de “adeptos”, que bien supieron
realizar una “síntesis” de enseñanza tradicional, doctrinal y muy específica;
de un conocimiento que funge como un “puente”, entre los misterios del Arte
Real y de la Iniciación Sacerdotal. De hecho podemos asegurar que lo más trascendental
de la obra de este Maestro Ascendido, es que supo insertar en la Masonería de
su época una síntesis del conocimiento de lo “horizontal” como fuente de
preparación por un lado y por otro; legarnos una enseñanza y una doctrina capaz
de conducirnos hasta los misterios del sacerdocio.
A Martínez le debemos por otra parte
que la síntesis del simbolismo caballeresco, haya pasado a formar parte
integrante de muchos de los Altos Grados de la Masonería Escosista y de la
estructura misma de los Altos Grados que hoy día pueden obtenerse en la vía del
martinismo.
Podríamos decir para finalizar esta
introducción que Martínez de Pasqually, es como una especie de “padre”, de los
Ritos que componen el R. E. R. y el R. E. A. A.; condición que la mayoría de
los masones de nuestra época desconocen por completo.
EL PROPOSITO DE MARTINEZ DE PASQUALLY
El
propósito de Martínez de Pasqually no era otro que llevar a cabo un trabajo
profundo de reintegración de la Masonería. Masonería que en su época había ya
dado luces de una gran desviación por no tener propósito bien definido ni una
consciencia clara de sus orígenes y filiación.
Como
bien nos dice Albanashar, Martínez de Pasqually quiso reunir en el seno de la
rectificación masónica que casi llevó a cabo, el aspecto Real y Sacerdotal en
la Masonería que proponía a través de sus “Elus
d´ Cohen” (Electos de Cohen). Martínez se propuso demostrar a los masones e
iniciados de occidente que la Masonería, es y siempre será un portal de la
“Gnosis”, es decir, una vía que nos prepara para el entendimiento profundo de
los Misterios de la Tradición Iniciática por medio del Ars Regia y por otro lado, un portal de acceso a los Misterios
Mayores a través de la Iniciación Sacerdotal, de la cual la vía de los Electos
de Cohen, estructuraba sus llamados Altos Grados.
¿Pero,
cómo debemos de entender a esta vía de los Electos de Cohen que bien definió a
la tradición occidental hasta nuestros días? Un QH:. Del R:. E:. R:. me
instruyó en una oportunidad que la doctrina de Martínez de Pasqually utiliza a
la Masonería en estructura y organización de grados como base de su estudio y
de preparación. Pero por otro lado, representa la esencia de un conocimiento
que es más profundo y va más allá de la Masonería. Nos referimos a una doctrina
de conocimiento y de realización interior sobre la vía axial en la cual el
iniciado experimenta aquello que otros autores tradicionales denominan como “la
experiencia con estados superiores del ser, que van más allá de la
individualidad humana”.
Martínez
de Pasqually consagró su vida a su obra, y ésta obra era la Orden de los
Caballeros Masones Elus Cohens del Universo, de la que era “Gran Soberano”, y
de la que él se proclamaba su fundador. La Orden de los Elus Cohens era una
sociedad masónica, en primer lugar porque la francmasonería del siglo XVIII era
por aquel entonces una de las pocas asociaciones toleradas por la Iglesia
Católica Romana, y en segundo lugar porque era por vocación un vehículo
privilegiado del esoterismo judeo – cristiano. Pero los Elus Cohens no son
simples francmasones, y Martínez diría que ellos son los masones verdaderos:
los sacerdotes elegidos (esto es lo que significa elus cohens), capaces de
celebrar teúrgia en el Templo, después de haberlo edificado.
Martínez
de Pasqually se consideraba Gran Soberano para la región occidental. Antes de
Martínez, no había indicios de ésta Orden como tal, sino que existía bajo una
forma no masónica. Martínez reclutó a sus primeros émulos en las logias
denominadas de San Juan, y su Orden se presentó como un sistema de altos grados
masónicos desprovistos de grados “azules”. Para él, nos dice el QH:. Diego
Cerrato, la francmasonería ordinaria era “apócrifa”, y todo masón que no fuera
Elus Cohen no era nada más que un pseudo – masón. Y es esta misma diferencia la
que llevaría más tarde a que Martínez, estructurara, compusiera y transmitiera
sus propios grados azules, preparatorios para los auténticos grados Cohens.
ESTRUCTURA DE LA ORDEN DE LOS CABALLEROS ÉLUS COHEN
DEL UNIVERSO
La
Orden se dividía en cuatro clases:
Ø Primera Clase: Aprendiz, Compañero, Maestro y
Maestro Elu.
Ø Segunda Clase: Aprendiz Cohen, Compañero Cohen y
Maestro Cohen.
Ø Tercera Clase: Gran Arquitecto (Gran Maestro Elu
Cohen), Caballero de Oriente, Comendador de Oriente.
Ø Cuarta Clase: Réau – Croix y Gran Réau –
Croix (hipotéticamente).
Los
grados simbólicos ordinarios (Aprendiz, Compañero y Maestro), pertenecen a la
Masonería tradicional. Están destinados a dar al Profano ingresado en la Orden
la cualidad necesaria de Maestro exigida por la Regla para poder acceder al
grado y las funciones de la Réau Croix. En los rituales y en los catecismos, se
hacían alusiones muy raras a esta Doctrina secreta que se le había prometido
conocer, y que no encontraría en el marco moral de la Francmasonería corriente.
Los
Grados del Porche (Apr:. Coh:., Comp:. Coh:. Y Maest:. Coh:.), mantenían
todavía suficientemente el carácter masónico exterior. No obstante, tenían
entremezcladas alusiones, expresiones, enseñanzas (…) por destellos de la
Doctrina secreta reservada a los grados superiores.
De
los grados llamados del “Templo”, podemos decir que constituían lo que conviene
llamar “altos grados”. Los rituales de los “Grandes Arquitectos” y de los
“Grandes Elus de Zorobabel”, conservan todavía los emblemas y el simbolismo
masónico.
Al
“Gran Arquitecto”, le correspondía purificarse por el régimen ascético
particular de la Orden: abstinencia de ciertas carnes, de ciertas partes de
animales autorizados, de grasas, etc… en el espíritu del Antiguo Testamento
(régimen de los levitas). A ellos les corresponde expulsar a los Poderes de las
Tinieblas que hayan invadido el aura terrestre, a través de sus ceremonias (…)
y cooperar “simpáticamente, de forma especial, en las Operaciones particulares
efectuadas por el mismo “Soberano Maestro”. Este grado era el equivalente de Aprendiz
Réau Croix. Es un grado donde el
equivalente Cohen se basaba en la Leyenda de Zorobabel y tenía cuestiones sobre
un puente, análogo al construido sobre el Céphise, el cual debían atravesar los
mixtos a su retoro de Eléusis.
La
“Clase Secreta” era la de los Réaux Croix.
Esta clase comprendía dos grados: “Réaux Croix” y “Gran Réaux Croix”. El
Grado de Réau Croix enseñaba el medio de evocar a los Poderes Celestes y de
atraerlos “simpáticamente” a esta misma aura terrestre.
El
grado de “Gran Réaux Croix” representa la prueba suprema de la Orden, la última
Operación, que se cree que no fue jamás lograda con éxito, pero que por lo
menos había sido definida y que representa la evocación de “Cristo de Gloria”,
al que el Maestro Martínez llama El
Reparador y que era (según la Doctrina de la Orden) el Adam Kadmon
reintegrado.
Vemos
entonces un profundo sentido y esencia de la tradición cabalística
judeocristiana, en el seno de la enseñanza de los Altos Grados de la Orden de
los Electos de Cohen.
Los
primeros grados de la Orden eran conferidos por la iniciación ritual, mientras
que los últimos eran transmitidos por ordenación.
A
la muerte de Martínez de Pasqually en Santo Domingo en el año de 1774, la Orden
se fue extinguiendo sucesivamente hacia finales del siglo XVIII. En este punto
tres principales corrientes de transmisión iniciática comienzan a dibujarse. La
primera la de J. B. Willermoz que más tarde sería conocida como el R:. E:. R:.,
la segunda la de Saint Martin y de la última, de la que se sabe poca cosa y que
se trata de los iniciados Réaux Croix que transmitieron su iniciación a sus
descendientes o a los más próximos.
Cabe
resaltar para aquellos a los que le es ajena la vía o la síntesis legada por
Martínez de Pasqually y sus sucesores, que el término “Martinismo” está asociado a Louis Claude de Saint Martin, su
discípulo más adelantado; mientras que el término de “Martinecista” hace referencia al mismo Martínez y a su obra de
restitución masónica.
TRANSMISIÓN Y ENSEÑANZAS DE MARTINEZ
Martínez dispensa su enseñanza en la
Orden oralmente y por medio de instrucciones de los diferentes grados. A los miembros del grado más elevado les
transmitía el manuscrito del “Tratado de la Reintegración de los Seres”. Esta
doctrina de la reintegración con la práctica teúrgica correlativa, forma el
tesoro más importante del cual la Orden es depositaria.
“El Tratado de la Reintegración” de
Martínez de Pasqually era el evangelio de los Élus Cohen, Fue escrito sólo para
los adeptos más elevados de la Orden, y se presentaba como un sumario al
Pentateuco. A todo ello no debemos olvidar añadir la tradición hebraica de la
que Martínez extrajo la mayor parte de los materiales para construir su edificio.
Fraternalmente.
Ignacio Sánchez L.;
M:. M:.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Comentarios
y vivencias del QH:. Adolfo Mendoza.
2. “La Obra de
restitución masónica de Martínez de Pasqually”, del QH:. Fermín Vale Amesti.
3. “El
Martinismo historia y doctrina”, del QH:. Robert Ambelain.
4. “Instrucción
de los Élus Cohen”, de los QQHH:. Louis Claude de Saint Martin y J. B.
Willermoz.
5. Comentarios
y vivencias del QH:. Diego Cerrato en el grupo “Geimme”.
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